
El campeón olímpico se adentra en la disciplina de surfski, a la que llegó por casualidad
13 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Hace tres o cuatro años, un poco por casualidad y otro poco por curiosidad, el mundo del surfski se cruzó en la vida de Carlos Pérez Rial, Perucho. El campeón olímpico de piragüismo , cuya pasión por los deportes del mar le va en la sangre, decidió probar en la disciplina mientras se preparaba para pelear por un billete para los Juegos de Río.
Pero lo que comenzó como una forma para divertirse, le ha enganchado. «Realmente no llevo mucho tiempo practicándolo, he hecho algunas pruebas en Galicia, porque hay una liga, y a nivel internacional este año fui en el mes de octubre a Madeira para coger experiencia. La verdad es que me gusta mucho», dice el deportista de Cangas, que el pasado sábado fue uno de los deportistas que se citaron en A Lanzada para participar en la Lanzada Ocean Race, donde puso a prueba su resistencia en una cita de 14 kilómetros.
Brazos de hierro
Agua, salitre, olas y piraguas se juntan en el surfski, una modalidad deportiva con una piragua específica que exige brazos de hierro y un enorme aguante para afrontar cada reto, ya sea en largas distancias o en velocidad, puesto que existen varias modalidades.
Para un deportista como Perucho, acostumbrado a moverse en la exigencia de la élite, el surfski, aun siendo competitivo y duro, es como un soplo de aire fresco. «Es totalmente diferente a las regatas de competición de pistas, hay mucho mejor ambiente», describe, «la gente está mucho más relajada y sobre todo quieres disfrutar de las olas, aunque también hay competiciones al más alto nivel, como el Campeonato del Mundo», señala el campeón olímpico en K-2 junto a Saúl Craviotto en Pekín, que confiesa que cuando hay mal tiempo para coger las olas «es cuando realmente lo pasas bien».
Pero aunque el ambiente es más relajado, el gen competitivo que durante años cultivó Pérez Rial en el piragüismo sigue presente, y reconoce que la dificultad que lleva implícita también le atrae. «Es exigente, sobre todo cuando no estás acostumbrado a esas distancias. A principios de temporada como siempre hacemos bastantes kilómetros para coger fondo, pues encaja mejor».
El cangués mantiene la esperanza de formar un k-4
Aunque a día de hoy el surfski no tiene un papel protagonista en la vida de Perucho, el campeón olímpico no descarta que pueda dedicarle cada vez más horas. Dependerá de hacia dónde vaya desarrollándose esta temporada.
A pesar de llevar un buen puñado de años luchando en la élite, el palista cangués mantiene intacta su ilusión por competir al máximo nivel y su aspiración sería formar parte del k-4 500 metros que apunta a olímpico. «Me gustaría mucho luchar por estar ahí. Es muy complicado porque hay muchísima gente buena y joven, pero si tengo opciones, me gustaría. Si no lo consigo, pues me adentraré un poco más en lo que es el surfski». Será el tiempo y su rendimiento los que tengan la última palabra.
Por lo de pronto, dejar la piragua no está en el horizonte de Carlos Pérez Rial. «Como me encuentro más o menos bien físicamente, con ganas y disfrutando, no me lo planteo. Sé que es muy difícil meterse en una distancia olímpica, pero por ganas no será». Palabra de campeón.