Los hispalenses cedieron un empate en el Sánchez Pizjuán ante el Leganés (1-1) y se aleja de la cabeza
11 mar 2017 . Actualizado a las 18:31 h.No pasó del empate el Sevilla ante un buen Leganés que mereció más en su visita a la ciudad del Guadalquivir. En un duelo que estaba señalado en la agenda hispalense como propicio para las aspiraciones ligueras, resultó demasiado complicado y el punto logrado incluso sabe bien. Decidió Jorge Sampaoli hacer muchas rotaciones en su equipo pensando en el encuentro de la Champions frente al Leicester y al final tuvo que rectificar de manera improvisada.
Un Leganés valiente, aguerrido y con las ideas muy claras llevó la sorpresa al Pizjuán en tan sólo dos minutos de juego. Fue el tiempo que tardó Gabriel en anotar de un maravilloso tacón el 0-1 y dejar en nada la racha de dos meses sin recibir goles de los sevillistas en su feudo. Un estadio que parecía más un cementerio a ratos y Butarque en otros momentos por el enfrentamiento de un sector de la afición con el presidente del Sevilla, Pepe Castro.
En esa madeja de problemas internos de la entidad hispalense estaba inmerso el gol visitante y también la falta de ideas de los locales. Sin ocasiones de peligro sobre la meta de Herrerín, tampoco el colegiado ayudó. González González anuló un tanto legal del 'Mudo' Vázquez por un inexistente fuera de juego. Pese a ello, las decisiones arbitrales no eran excusas para la mala planificación física del equipo y que muchos teóricos suplentes estén al margen de los objetivos del club en este final de campaña. Se avistaba un final de la primera mitad con los pepineros tranquilos y el sevillismo asustado al ver lo que le espera a este irreconocible equipo en la Liga de Campeones, cuando Jovetic y Vázquez protagonizaron al filo del descanso la única jugada de creatividad y espectáculo. Una pared entre los dos futbolistas la finalizó de forma magistral el serbio para empatar y llevar un poco de tranquilidad al vestuario sevillista. El fichaje del balcánico está cerca de ser el mejor de la era Monchi en invierno, toda vez que lleva cuatro goles y otras tantas asistencias en tan sólo 12 partidos disputados. Números de estrella mundial que recuerdan por qué se lo rifaron en su día los grandes del fútbol mundial. Pero el empate no le valía al Sevilla y mucho menos a Sampaoli.
De ahí que para la reanudación el técnico argentino decidiera hacer un doble cambio. Sacó a otro delantero, Vietto, y a la clave en el centro del campo, un N'Zonzi que demostró valer por sí mismo más que el trío de argentinos del inicio del choque. Salieron del campo las cruces del mercado invernal, Montoya y Lenglet, decepcionantes a partes iguales, sobre todo el segundo, responsable del tanto de los madrileños. Ante la tesitura de ganar un duelo que se daba por sentenciado antes del empezar, los andaluces salieron de los vestuarios con el ímpetu renovado.
Tras varios córners y aproximaciones al área pepinera, el Sevilla decayó en sus intenciones, demostrando una vez más que el fondo físico del equipo se ha quedado sin gasolina. Al final, empate a uno que bien pudiera haber sido una derrota para los sevillistas, que deben estar agradecidos. La lucha por la Liga se escapa y es el momento de mirar por el retrovisor para saber si la plaza de Champions peligra.
Sevilla: Sergio Rico, Mariano, Carriço, Rami, Lenglet (Vietto, min. 46), Franco Vázquez (Iborra, min. 69), Kranevitter, Sarabia, Montoya (N'Zonzi, min. 46), Correa y Jovetic.
Leganés: Herrerín, Bustinza, Mantovani, Siovas, Tito, Morán, Rubén Pérez, El Zhar, Szymanowski (Machís, min. 64), Gabriel (Insua, min. 90) y Guerrero (Luciano, min. 67).
Árbitro: González González (Castilla y León). Tarjetas amarillas a Sarabia, Gabriel, Mantovani, Kranevitter y Rubén Pérez.
Goles: 0-1, min. 2: Gabriel. 1-1, min. 43: Jovetic.