Sin cocinar ni manchar. Si este año te apetece salir de casa y cambiar la tradición, estos restaurantes gallegos abren sus puertas para que en los días más señalados solo te preocupes de sentarte a la mesa y disfrutar
13 dic 2024 . Actualizado a las 15:40 h.No saben cocinar, no quieren, no caben en el comedor o simplemente les apetece salir a la calle cuando el 99 % de la gente está en su casa en familia. Comer fuera en las fechas señaladas de Navidad, al margen de la recogida Nochebuena o de la fiestera Nochevieja, es posible si se rebusca entre la limitada oferta, porque encontrar un restaurante en Galicia el 25 de diciembre, el 1 o el 6 de enero, que además en el 2025 cae en lunes, es un reto bastante complicado. Hay pocas alternativas, porque la inmensa mayoría de los negocios hosteleros optan por descansar, y los que abren sus puertas, casi siempre vinculados a establecimientos hoteleros que abren todo el año, suelen estar copados por familias que han convertido en tradición pasar fuera de casa los festivos más señalados.
Restaurante Caney
Es el caso del restaurante Caney, en Santiago, que se apunta a todas las comidas y cenas del año con excepción de la Nochebuena. Abierto a finales de los noventa, inició su andadura de la mano de Pedro Roca, uno de los chefs gallegos con más experiencia en cocina de temporada que, tras un periplo por otros proyectos, ha regresado con éxito a sus fogones. «Ya estamos casi completos para Navidad, Año Nuevo y Reyes, pero siempre hay hueco para alguien más», señala recordando las grandes posibilidades de salones y reservados que le otorga su vínculo con el hotel Araguaney, el único cinco estrellas del Ensanche compostelano.
Roca, que es un experto en setas y siempre ha tenido buena mano para innovar sin perder las esencias, ya tiene muy madurados los menús para estas fechas, a los que les da un punto de diferenciación familiar con respecto a los del resto de diciembre, más enfocados a empresas y amigos. «Me gusta preservar los platos clásicos que están desapareciendo de los hogares en Galicia, como el bacalao con coliflor, el cordero asado, la pularda rellena o el capón, que son los más fáciles de compartir», dice.
Porque a diferencia de Fin de Año, que se sirve con un menú cerrado, el Caney permite en el resto de comidas especiales acordar previamente el itinerario gastronómico o dar rienda suelta a la carta, así que no es extraño que los comensales se apunten a un marisco de entrante. En cualquier caso, se trata siempre de un entorno familiar y conocido, vecinos la gran mayoría del centro de Santiago que se sienten a gusto y que repiten desde hace años: «Son clientes muy fieles, en algunos casos atendemos a varias generaciones de la misma familia», indica el chef, que señala que es fundamental el trato cariñoso y especial, con sobremesas alargadas en torno a una botella de champán.
Restaurante Pazo do Río
Cada vez más familias optan por celebrar las fiestas navideñas en restaurantes para que nadie tenga que pasar horas en la cocina, especialmente madres y abuelas. Lucía Canabal, al frente del restaurante Pazo do Río en Oleiros (A Coruña), lo resume así: «Cada vez más familias buscan que todos disfruten. Ahora se da más valor a la dignidad de las personas». Este restaurante, abierto desde hace más de 20 años y fundado por Francisco Canabal, todavía activo, es una referencia para quienes buscan combinar tradición y comodidad durante Navidad, Año Nuevo y Reyes.
La apuesta de Pazo do Río es clara: calidad, producto y servicio. «El éxito está en los detalles», afirma Lucía, quien ha mantenido el espíritu familiar del local. Sus menús para estos días reflejan la esencia de la gastronomía gallega con platos como el cordero al horno y el rodaballo y otros productos de temporada que destacan por su frescura y autenticidad.
Uno de los grandes éxitos del restaurante es su torrija, un postre que ya es tradición en estas fechas. «Es el producto más deseado; se la han llevado hasta en la maleta», comenta Lucía. Este dulce, con su textura esponjosa y sabor inconfundible, se ha convertido en el broche perfecto para estas celebraciones.
En Pazo do Río, disfrutar de las fiestas sin preocupaciones es la premisa. Su propuesta gastronómica, en un entorno cuidado al detalle, asegura que estas fechas sean un momento de unión y disfrute para todos los miembros de la familia.
Restaurante Attica 21
«Sobre todo tenemos familias muy grandes, mesas de doce o catorce que son de Vigo y se reúnen aquí para comer todos juntos sin preocuparse de nada». El que habla es Jacobo Fernández, metre del restaurante del hotel Attica 21 de Samil, donde para el 25 de diciembre ya han colgado el cartel de completo para la comida de Navidad.
Con su carta como base, los platos más pedidos suelen ser jamón ibérico, algo de marisco y sus pescados o arroces. Para el día 1 ya hay más mezcla entre clientes alojados y vigueses sin ganas de cocinar. En esta ocasión ofrecen un brunch con todo tipo de platos salados y dulces tipo bufé que tiene un precio de 59 euros (adultos) o 28 (niños). «Aquí hay más mezcla de comensales, muchos pasaron la fiesta del 31 con nosotros, se acuestan muy tarde y ya se quedan», explica el metre, que recuerda que la noche del 24 y la del 5 son las que cierran para que los trabajadores las puedan disfrutar en familia.
Para el día 6 de enero siguen con las reservas abiertas y aquí los protagonistas suelen ser familias grandes con niños, muchas de Vigo no hospedadas, que van a disfrutar de una comida con vistas increíbles al mar y la playa. Para esa jornada ofrecen su carta habitual de invierno, que incluye desde una crema de marisco por 20 euros a una paletilla de cordero asado por 35.
Eso sí, si tuviera que recomendar un menú, Jacobo Fernández no tiene dudas: «De primero, un jamón ibérico o algo de navajas y almejas, si la gente aún no está cansada de marisco. Después, cualquiera de los pescados que tenemos fuera de carta, del día como el corujo o el sargo y de postre una tarta de queso o la esponja de chocolate con helado de tiramisú y mascarpone». Si se te ha hecho la boca agua al leerlo, aún quedan plazas disponibles.
Restaurante Monterrey
Los amplios salones con los que cuenta el restaurante Monterrey de Ourense, en la calle San Miguel del casco histórico de la ciudad, lo convierten en una de las opciones preferidas para las comidas y cenas de grupos. El local, que abrieron el chef Juan José Fernández y el metre Luis Roales en el 2011, está enfocado precisamente a eso, algo que demuestra su amplísima oferta de menús, que combinan varios primeros con un segundo a elegir, postre casero, bebida y café por precios que van desde los 35 a los 75 euros. «La mayoría opta por el de 40», dice Juan.
Desde el primer momento, estos dos ourensanos apostaron por dejarse la piel en el trabajo para ofrecer un restaurante perfecto para disfrutar en familia o en pandilla. Aquí abren todos los días de la Navidad, excepto para la cena de Nochebuena. «Es el momento que pasamos en familia», dice Juan, aunque tanto él como su socio tienen la suerte de que los suyos vayan a cenar al restaurante en Nochevieja y así pueden despedir el año, más o menos, juntos.
Porque el Monterrey lo peta en estas fechas. «El 25 al mediodía, por ejemplo, estamos completos desde hace más de dos meses», apunta. Este día reciben especialmente a familias. Son mesas grandes. De hecho, la reserva más multitudinaria este año es para 28 personas. «Son gente que repite año tras año. Los más mayores ya no quieren cocinar y además reciben a muchos familiares de fuera, así que salir a comer es una opción perfecta», afirma Juan. Lo mismo ocurre el 1 de enero. En ambos días, los comensales pueden optar por pedir a la carta. «Tenemos una amplia variedad de carnes, pescados y arroces», asegura el hostelero de Ourense. En Fin de Año en el Monterrey tienen un único menú, que incluye las uvas y el cotillón.
Dan cenas el 5 de enero y comidas el propio día de Reyes. «En estos servicios hay muchas más pandillas de amigos que familias», dice Juan. «Para nosotros esta es la época más importante del año con diferencia. Empezamos con las cenas de Navidad a mediados de noviembre y a partir de ahí ya no paramos», concluye.
Restaurante Yaldara
El restaurante Yaldara de Lugo, situado en el polígono de As Gándaras, lleva años abriendo por Nochebuena, Navidad y Fin de Año con tal de ofrecer alternativas a las familias que prefieren comer fuera de casa. Sin embargo, la propietaria del local, Aldara Tomé, asegura que la tendencia que más se lleva en la actualidad es el take away en estas fechas señaladas. «Notamos que en Nochebuena y Navidad las familias prefieren comer en casa, pero viniendo a buscar platos ya cocinados al restaurante», explica. Por eso, el restaurante ha redoblado los esfuerzos para ofrecer este servicio durante todas las fiestas.
Aunque por Nochebuena y Navidad no tienen un menú cerrado para las familias que opten por ir a comer al restaurante, sí que les ofrecen varias opciones en la carta para que se vayan satisfechos. «Son pocas las familias que optan por salir a comer fuera durante estas fechas, pero tratamos de ofrecer lo mejor a las que eligen esta opción», explica Tomé.
Por el contrario, la mayoría prefieren salir a cenar fuera en Nochevieja. Esa noche el local está abarrotado de grupos de familias y amigos: «Hay muchísimo trabajo». Para Fin de Año, Yaldara sí que diseña varios menús, desde 60 a 120 euros, para aquellos clientes que prefieren tomar las uvas fuera de casa. «Tratamos de adaptarnos al consumidor y por eso hay menús a distintos precios, para que todo el mundo pueda venir a disfrutar de la comida y la compañía», apunta Tomé.
Esta estrategia basada en la combinación de comida para llevar y servicio en el restaurante lleva años dándoles resultado, por lo que prevén continuar haciendo lo mismo durante los próximos años. «Por ahora seguiremos haciendo menú para Nochevieja y carta para Nochebuena y Navidad, porque vemos que son fechas con tendencias de consumo muy distintas», asegura Tomé, que por ahora está centrada en las comidas de empresa previas a las fiestas.