Su temporada se inicia con peores sensaciones que nunca, con la duda de su continuidad en 2018 y la certeza de otro año desastroso
23 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.En Australia comienza la temporada de fórmula 1 con más novedades de los últimos tiempos. Nuevos dueños del gran circo y nuevos aires para intentar recuperar a una afición cada vez más exigente y descreída, pero sin Ecclestone, que había sido la constante desde hace casi medio siglo, sin el vigente campeón del mundo y... ¿Sin emoción? Eso queda en manos de Mercedes y, si se cumplen las expectativas de la pretemporada, de Ferrari.
Lo que no tiene visos de cambiar es el destino de Alonso. McLaren la ha vuelto a pifiar, y lo que podían haber sido unas balsámicas jornadas de test en Montmeló, se convirtieron en una pesadilla, con rumores de divorcio entre la escudería y su motorista, y la sombra de una más pronta que lejana marcha de Alonso hacia otra competición o incluso hacia otra escudería. El español comienza, como se suele decir en el argot futbolístico, con varios goles encajados. Cinco.
Honda agota su crédito. La unión entre McLaren y Honda pende de un hilo. Las promesas que hizo el gigante japonés no se han cumplido, y ya van tres temporadas que comienzan con la toalla arrojada de antemano en el ring. Aunque son cifras lanzadas muy a la ligera, se habla de una desventaja de entre 50 y 100 caballos con respecto a sus rivales. Lo peor no es eso. Es que ni siquiera pueden garantizar que el coche aguante las 58 vueltas del domingo sin romper.
Guerra interna en McLaren. Alonso es el mascarón de proa del trasatlántico que se hunde sin remedio. En él cayó la responsabilidad, buscada y aceptada, de devolver al equipo inglés a la gloria de antaño, pero las circunstancias se le han puesto en contra. Los malos resultados, provocados por malas decisiones, han acabado con la cabeza de Ron Dennis, alma del equipo de Woking, en una bandeja de plata, y el español con más presión aún. En cuanto el coche funcione, si funciona, suya será la responsabilidad como piloto experimentado e indiscutible número uno de dar resultados. A Vandoorne no se le puede exigir otra cosa que no sea aprender.
Dominio de Mercedes. El pozo en el que está sumido McLaren y, por ende, Alonso, es mucho más profundo desde el suelo que impone Mercedes. El equipo de referencia en la fórmula 1 de los últimos años, salvo que Ferrari cumpla las expectativas, volverá a machacar a sus rivales, con lo que el trecho a salvar hasta la cima será aún mayor. Y aunque la pelea arriba esté más igualada, a McLaren aún le quedan por adelantar a otros muchos equipos. Ya hay apuestas de si será capaz de superar a Sauber o no.
Decepción de los fans. Aunque Alonso ha sido siempre uno de los deportistas españoles que ha generado más opiniones enfrentadas (o le adoran o le destierran), la sangría de fans desde hace tiempo se ha ido acrecentando. Los que le siguen, lo hacen de manera incondicional y extrema, casi de manera ciega, pero cada vez los hay más que prefieren dejarle de lado, como ocurrió con otros ídolos.
Ya no es un niño. Fernando Alonso cumple 36 años el 29 de julio. Él, Räikkönen, Massa y, a distancia, Hamilton, son los viejos lobos de una fórmula 1 cada vez más rejuvenecida con valores en alza como Verstappen, Hülkenberg, Bottas o Vandoorne. Alonso ya no está para pelear atrás: sus aspiraciones son mucho más altas. El objetivo del tricampeonato del mundo se antoja prácticamente imposible a día de hoy, lo que puede llevar al asturiano a no renovar a finales de año con McLaren y retirarse de la competición. La otra opción es coger alguna de las llamadas que ha tenido. Bottas sólo ha firmado por un año con Mercedes.
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