Enésima cita con la historia

Isidro Hornillos

DEPORTES

KAI PFAFFENBACH | Reuters

Bolt es favorito, pero no puede permitirse una mala salida. Coleman y Gatlin pueden ser duros competidores

05 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El astro jamaicano se presenta en Londres con la intención de engrandecer su dilatado palmarés y de situar su leyenda en un peldaño superior de la historia. Ha confesado en los días anteriores al Mundial que viene con la intención de vencer tanto en la prueba individual, como en el 4x100. Hasta aquí, nada nuevo. Se repite un ritual que en modo alguno podemos calificar de ostentoso, porque sus previsiones de victoria siempre se cumplieron hasta ahora.

Parece que no solo desea ganar, sino hacerlo con más mérito, siguiendo la filosofía que impregnaba los Antiguos Juegos de Olimpia. Porque presentarse en un Mundial con tan solo tres carreras de 100 metros en toda la temporada es arriesgado para cualquier velocista, incluido para Bolt. Sin embargo, ya sufrió una situación similar en los últimos Juegos de Río y acabó victorioso. Pero, para inyectar incertidumbre, estuvo además tres semanas sin apenas entrenar en el mes de abril, afectado por el fallecimiento de su amigo Germaine Mason en accidente de moto.

Sus rivales no se lo van a poner fácil. Será la enésima confrontación entre los norteamericanos y jamaicanos. De hecho, la mejor marca la ostenta Cristian Coleman (USA) con 9,82, líder del año. Su compatriota más experimentado en la alta competición, Gatlin, acredita unos modestos 9,95. El delfín y compañero de Bolt, Yohan Blake, con 9,90 no está respondiendo a las expectativas depositadas en él hace años. Ayer no me gustó en las series. El sudafricano Simbine, con 9,92, y el francés Vicaut, con 9,97, también lucharán por las medallas.

Todos ellos pasaron con sus series y se clasificaron para las semifinales de hoy. En condiciones de normalidad deberían acompañar a Bolt en la finalísima. Me causó muy buena impresión Coleman, pero veremos cómo responde con el jamaicano al lado. Apuesto por Bolt para la victoria final. Sería una sorpresa que no se colgase el oro, nuevamente. Pero su renuncia a participar en los 200 delata que no se encuentra en sus mejores condiciones de forma física en esa distancia. Sus rivales, en especial Coleman y Gatlin (USA), estarán pendientes de la leyenda jamaicana. Hoy no puede permitirse el lujo de realizar una mala salida como ayer porque la historia, de nuevo, le espera.

Van Nierkerk y Elaine Thompson, que aspiran a dobletes, entran en acción

Tres de las pruebas estrella del campeonato entran hoy en escena con las series previas de calificación: 400 y 800 metros masculinos y los 100 metros femeninos.

En la prueba de la vuelta a la pista aparece el sudafricano Wayde Van Niekerk como el gran favorito y como una de las atracciones de la cita de Londres después de proclamarse campeón olímpico de la distancia el pasado verano en Río de Janeiro. Su gran amenaza será Isaac Makwala, de Botswana, que se quedó a 11 centésimas del campeón en la reciente cita de Mónaco.

En el 800 metros, huérfanos de Rudisha, el recién llegado Emmanuel Kipkurui Korir, un exfutbolista que vuela en la distancia, se erige en el principal favorito. Korir tiene su gran reválida en la pista londinense.

En el 100 femenino comienza la cuenta atrás para la final del domingo, con la jamaicana Elaine Thompson defiendo su trono, conseguido en Río, ante una Dafne Schippers siempre muy competitiva y con el trío americano formado por Tori Bowie, Ariana Washington y Deajah Stevens al acecho. 

Cáceres, fuera de la final

Quien no podrá estar en la final de esta noche del salto de longitud es Eusebio Cáceres, que hizo tres nulos en la calificación de la tarde del viernes y se quedó fuera. El español arriesgó en el último intento y le salió un salto largo, pero resultó nulo.

Cáceres era uno de los señalados en la delegación española para los puestos de finalistas a los que aspiran.

FRANCK ROBICHON | EFE

Mo Farah supera a todo un ejército de rivales en el 10.000

El inglés de origen somalí se cuelga su quinto oro pese a la alianza de todos los africanos y más de un empujón en los últimos metros

x. r. castro

Se la tienen jugada a Mo Farah desde hace mucho tiempo. Los ejércitos de Kenia, Etiopía, Eritrea, Uganda y cuantos más del África negra se quieran unir a la causa. La guerra Farah y el resto del mundo no es nueva, forma parte de la estampa del atletismo en los últimos años, desde que el ciudadano británico nacido en Mogadiscio (Somalia) comenzase a ejercer su tiranía en las dos pruebas más largas de la pista, el 5.000 y el 10.000 metros.

Pero en Londres, en la primera noche del Mundial, la guerra fue un paso más allá. Toda la carrera tirando en bloque para desgastar al gran favorito, y llegado el momento de la verdad, un par de empujones que hicieron tambalearse a Mo Farah y que incluso le llevaron a tener que poner un pie fuera del tartán.

No sirvió de nada. El británico fue a lo suyo en una carrera con un ritmo infernal, en donde los relevos en cabeza formaban parte del minucioso plan de acoso y derribo. Tiró Kiprui de inicio, más tarde Kipsang, luego Kamworor, después Cheptegei y Murichi y a falta de 1.000 meros Haris, pero ninguno de los virulentos cambios alteraron a Farah. Como siempre, a cola de pelotón en las primeras vueltas, luego controlando desde la distancia y llegado el momento, atacando. En esta ocasión fue a falta de 1.600 metros, aunque no fue el hachazo definitivo. Tanui, Kamworor y Murichi le aguantaron la primera embestida, pero no la segunda. A falta de 200 metros, en la contracurva, dio el estirón que el enfervorizado estadio esperaba y se fue en solitario para colgarse su quinto oro en el 10.000, además con un excepcional tiempo de 26m 49s 51c.

La mitad del trabajo para su despedida del tartán está hecho. Ahora le queda completar el doblete en el 5.000. Puede que desafiando a una nueva alianza de sus rivales. La última batalla antes de pasarse al maratón como ya ha anunciado.