La Supercopa que altera la sangre

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

La nocturnidad viste la crispación blanca contra los árbitros y la culé contra Piqué

16 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta Supercopa se está sirviendo más revuelta que agitada, para regocijo de los que disfrutan más con lo que sucede en los aledaños que con lo que se ofrece sobre la hierba. Contrariamente a lo recomendado, Real Madrid y Barcelona beben el agua a sorbos y el vino, a chorros. O eso parece, a tenor de cómo afrontan ambos el encuentro de hoy, último y definitivo para el título en juego.

Indignaron a la parroquia blanca, comenzando por su entrenador, los cinco partidos de sanción a Cristiano Ronaldo por reaccionar físicamente contra el árbitro De Burgos Bengoetxea después de desnudarse parcialmente para celebrar el 1-2 en casa del eterno rival y remedando la celebración de Messi, también eterno y enconado rival.

Y, aunque la rivalidad entre madridistas y culés suele regirse por la ley de los vasos comunicantes, en esta ocasión tampoco están las cosas en can Barça para comentarios fuera de lugar. De hecho, el que firmó el dirigente latente Josep Piqué anunciando la continuidad de Neymar con el respaldo de medio vestuario al grito de «¡presidente!» no hizo más que distanciarle más de una directiva que no tardó en servir su ración de venganza culpándole de la derrota en la ida de la Supercopa. De nuevo, el entorno contra el césped.

Y menos mal que la luna llena decidió mutar en cuarto menguante justo al inicio de esta final, porque de perseverar, las consecuencias podrían ser inasumibles. Con la pañolada prevista y el giro de Ernesto Valverde hacia la retranca, por el momento es suficiente.

Sin embargo, esta noche hay fútbol en el Santiago Bernabéu. En teoría, y con permiso del PSG o algún británico desbocado, entre los dos mejores equipos del mundo. De un tiempo a esta parte, el Real Madrid asume las riendas de los clásicos como antes hacía el Barcelona, y el 1-3 cosechado en la ida sirvió para comprobar que, a pesar de las salidas, el campeón de Europa guarda mucho fútbol en sus botas. Isco y Asensio brillaron en un conjunto en el que incluso Cristiano Ronaldo (que no acusó tanto la inactividad como la hiperactividad) demostró estar mejor que Bale y Benzema, con más descanso y pretemporada.

Acude el Barcelona a la casa blanca medio groggy. Y no por la derrota de la ida, sino por el jab recibido en toda la autoestima que supuso el adiós de Neymar. Finalmente, fue Paulinho el que encajó el golpe, recibido de uñas después de haber tenido que esperar en Londres el momento menos malo para anunciar su fichaje.

Messi tendrá que volver a hacer de presidente, entrenador y salvador de una patria en la que André Gomes hará de Iniesta y el gallego Denis Suárez mostró más resolución futbolística que Deulofeu en la ida. Si rota Valverde será para buscar soluciones ante un inminente comienzo de Liga que solo puede agravar la situación culé.

Claro que, teniendo en cuenta todo lo anterior, una remontada épica culé trastocaría por completo el argumento del sainete.

Iniesta, con una contusión en la pierna derecha, baja para hoy

El manchego Andrés Iniesta será baja por lesión para esta tarde por una contusión muscular en la pierna derecha.

El centrocampista había sido titular en el clásico del pasado domingo en el Camp Nou, pero ayer por la tarde ya evitó entrenarse debido a su dolencia. Horas después se confirmaba su ausencia.

Su plaza en la convocatoria la ocupó André Gomes, aunque el técnico barcelonista, Ernesto Valverde, también llamó al canterano Carles Aleña para completar la lista.

El técnico vasco tampoco tendrá a su disposición al brasileño Rafinha Alcántara, con una lesión en el menisco interno de la rodilla derecha.