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Tres equipos han puesto en marcha la liga femenina gallega y suman ya medio centenar de jugadoras
23 abr 2018 . Actualizado a las 23:23 h.Hace apenas tres años, se contaban con los dedos de las manos. Las mujeres que practicaban el flag football, una modalidad de fútbol americano, sin contacto, lo hacían entrenando con los hombres en grupos mixtos. Vigo, A Coruña y A Estrada fueron precursores. La afición por este deporte pegó un estirón y las Guardians olívicas, las Bestas estradenses y las Royal Towers herculinas lograron poner en liza equipos femeninos. Así arrancó, en el 2016, la primera liga gallega de la historia, que ganaron las viguesas. Una competición que corrió riesgo el pasado ejercicio. La marcha de varias jugadoras del club estradense para estudiar les privó de reunir el mínimo. Pero varias de ellas, con destino en Santiago, lograron poner en marcha la sección femenina de las Black Ravens. La liga de tres volvía a brotar. Y volvían, hace apenas dos meses, las viguesas a hacerse con el cetro. Ya no solo disputan liga, el próximo 6 de mayo los tres equipos gallegos, a los que se sumará como invitado uno llegado de Oporto, competirán por hacerse con la Copa.
Por segunda vez, las Guardians se han presentado en la Women’s Flag Bowl, una competición en la que participan equipos de toda España y que se disputaba este fin de semana. Y no han ido solas. Para completar la convocatoria, dos jugadoras de las Ravens compostelanas y otras dos de las Royal coruñesas completaron formación. Una especie de selección gallega que se ha vuelto con un éxito inesperado. Tras ganar cuatro de los seis partidos, se colaron en semifinales y acabaron disputando el tercer puesto ante las Mariners de Gijón, que además, jugaban en casa. Las gallegas, en un partido épico que se fue a la prórroga, vencieron por 20-19. De la nada, al premio.
«La idea de dar el paso al fútbol americano está ahí, se intenta, pero requiere mucha más gente y más dinero. Algunas chicas probaron ya, pero el salto es complicado. Formar una liga está bastante lejos a día de hoy» reconoce David Pérez, técnico de las Royal Towers. Quién sabe. El primer paso está ya dado. Y cuando se reúnen para ver la Super Bowl los colmillos se estiran.
«Cuando cuento por ahí que juego a este deporte me dicen que estoy loquísima»
«Llegué de rebote. Tenía amigos en el equipo de tackle y de risas decían que les gustaría tener animadoras. Y así surgió todo», recuerda Esther Morales, de veintidós años, una de las jugadoras del Royal que viene de disputar el torneo en Gijón. Eran entonces cinco. «Como el seguro nos incluía poder jugar flag probamos, casi de broma, se fueron sumando otras parejas de jugadores, amigas, y así llevamos casi tres años compitiendo». Ahora son catorce. «Cuando cuento por ahí que juego al fútbol americano, a una modalidad muy parecida, me dicen que estoy loquísima. No lo entienden. Pero llena un montón cuando ves las diez pelagatas que éramos en un principio y que ahora hay tres equipos compitiendo, chicas que vienen a probar, y otras que están con los chicos porque allí dónde viven no son suficientes para reunir un equipo», alega.
Su compañera Carla llegó de la misma forma. «Yo me apunté pero solo con la idea de probar. Fui a un entrenamiento, volví a otro, luego otro y cuando me di cuenta estaba compitiendo. Aún no me creo que venga de un campeonato dónde participaron las Foxes 82». Las intratables asturianas son las reinas del flag. Por ahora.