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Corría la temporada 2001-2002 cuando un jovencísimo Tom Brady llegaba a su primera Super Bowl contra los entonces St. Louis Rams y diecisiete años después se repite la historia.
En una Liga construida desde sus cimientos para lograr la máxima igualdad y competitividad gracias a medidas como el limite salarial (todos los equipos tienen el mismo dinero para gastar en sus jugadores y no pueden pasarse) o el draft (modo de selección de jugadores universitarios, que funciona en orden inverso a la clasificación de Liga, es decir el peor clasificado de la liga elegiría primero), los Pats juegan a otra cosa: nueve apariciones en la Super Bowl en las últimas diecisiete temporadas. Y cuando ya parecía que sí, que por fin se les estaba acabando la gasolina, que sus estrellas tocaban el ocaso de sus carreras, la vuelven a liar y, casi sin explicación lógica, se presentan en la Super Bowl de este año.
Ya en relación con el propio partido en sí, los Rams, que en estos diecisiete años les ha dado tiempo hasta de mudarse de ciudad a Los Ángeles, llegan a esta Super Bowl como los tapados.
Por un lado, disponen de un juego de carrera que debería ser monopolizado por Todd Gurley. Tras las molestias de las ultimas semanas, ha sido liderado por un rejuvenecido C. J. Anderson, pero a día de hoy probablemente estemos hablando de la segunda mejor pareja de rbs (running backs) de la Liga, tras la de los Saints. Además, poseen un cuerpo de receptores extraordinario y un quarterback joven y con ganas de demostrar. ¿Y su defensa? Pues es todavía mejor. Desde la dl (línea de defensa) hasta los safety son todos meganombres: Aaron Donals, Aquí Talib, Marcus Peters…
Y aun así las casas de apuestas dan como favoritos a los Pats por 2.5 puntos. ¿Cómo puede ser?
Pues porque los Pats no tiene a los rbs de los Rams, pero, por primera vez desde hace mucho, tienen uno (Sony Michel), porque no tienen los wrs (wide receiver) de los Rams, pero tanto Edelman, Hogan y Gronk ya han demostrado en mil batallas que cuando hacen falta están y su defensa, sin prácticamente ningún nombre, ha dominado partidos ante ataques tan infames como el de Kansas. Pero, sobre todo, porque Tom Brady tiene diecisiete años más que aquella primera vez, pero la misma (o más) hambre de victoria que entonces.
Veremos al quarterback más joven contra el más veterano en llegar a una Super Bowl. Yo no sé quién va a ganar. Lo que sí tengo claro es que será el mayor espectáculo que se puede ver por televisión.
Carlos Pastoriza es el presidente del Towers Football.