La falta de acierto dio alas a Noruega

Javier Irureta

DEPORTES

Miguel Ángel Polo | EFE

23 mar 2019 . Actualizado a las 23:36 h.

España me ha gustado, porque ha sido muy superior a Noruega. Jugó bien, sobre todo cuando llevó el fútbol por las bandas. Los dos laterales, Jesús Navas y Jordi Alba, aparecieron muy arriba todo el partido, siempre con mucha peligrosidad, y eso se volvió fundamental para el fútbol de la selección. El dominio de España se tornó constante de principio a fin, pero hubo momentos en los que se erró mucho en ocasiones delante de la portería. Hubo seis o siete oportunidades muy claras que podían haber acabado en gol y hubieran solucionado y tranquilizado el partido. Tanto Rodrigo como Morata o Asensio fallaron varias cada uno para marcar, y contra un rival que más bien era de segundo nivel europeo hay que acertar más para no complicarse. Finalmente valió el penalti para ganar, pero la selección tiene que tener mucho cuidado en estas situaciones. Como no resolvió cuando pudo hacerlo, le dio mucho aliento al adversario, y eso de una forma u otra siempre genera algo de peligro y nerviosismo. Por este motivo, llegaron varias pérdidas de balón en pases aparentemente sencillos y otros lances de precipitación que no deberían haber ocurrido. Luego debutaron Canales y Mata, y está bien el gesto de darles entrada en un partido de clasificación, pero, insisto, en un encuentro en el que fue tan superior España debe mejorar el acierto en los últimos metros. Anoche estos fallos en el remate no le han acabado perjudicando, pero la selección debe mejorar en esta faceta, porque frente a otro rival de una calidad un poco superior se puede meter en problemas.

Luis Enrique alineó un sistema con dos delanteros centro y jugadores de buen toque que necesitan mucho las bandas. Es una propuesta buena, en la que los futbolistas se encuentran a gusto llevando la iniciativa, pero los futbolistas de ataque deben acertar más, porque si no, puede haber disgustos. Lo lógico hubiera sido un resultado más amplio, solo que hubiera habido algo de acierto y suerte en el remate. No se puede dejar llegar al final con posibilidades un adversario así, después de haber sido tan superior.