Ajax o Tottenham, los dos se han metido en las semifinales de la Champions League por méritos propios. Pase quien pase a la final, será un éxito. Un soplo de aire fresco en un fútbol mercantilizado, en el que hasta ahora los grandes éxitos parecían reservados para los poderosos. El Ajax llegó a esta penúltima eliminatoria con un equipo de jóvenes descarados, entre los que sobresale Frankie de Jong, que asombran con su fútbol y su talento. Jugadores que preservan el ADN de su escuela, la filosofía de Cruyff, disfrutan con el balón.
Lo del Tottenham también tiene su mérito. No tienen problemas con el Fair Play financiero, como le sucede a otros clubes, no se han gastado ni un euro en fichajes. El equipo del argentino Mauricio Pochettino nunca ha pasado de unas semifinales en esta competición. Los Spurs perdieron por lesión a su máxima estrella Harry Kane. En el partido de ayer tampoco pudieron contar con el coreano Son, su talismán, por lo que al español Fernando Llorente le tocó la responsabilidad de ser el baluarte arriba. Entrega no les faltó. El Ajax fue fiel a su esencia en el partido de ida, en ese nuevo templo futbolístico de Londres. Hizo una primera media hora espectacular, a partir de ahí se impuso el empuje inglés. El 0-1 deja tocado al Tottenham, que tendrá que apelar a la épica en Ámsterdam.