Ricky Rubio, el amigo de todos

M.G Reigosa

DEPORTES

Juan Carlos Hidalgo | EFE

El base, que lideró a España en puntos, asistencias y eficiencia, y fue segundo en robos y minutos en pista, cierra el campeonato como el jugador más valorado

15 sep 2019 . Actualizado a las 20:47 h.

Ricky Rubio llegó a China con buenas sensaciones. «Siento que este tiene que ser mi Mundial», había declarado antes de que empezase el campeonato. Acertó. Fue el líder silencioso de España, ese amigo que todos quieren tener cerca porque siempre sabe estar y ayudar, porque ni siquiera hace falta llamarlo para que acuda. Cada vez que la selección lo requirió, apareció: con puntos, con asistencias, con defensa, haciéndose con el control del juego.

Así, luciendo en todos los frentes, se ganó el reconocimiento como jugador más destacado de la Copa del Mundo y, por añadidura, su inclusión en el mejor quinteto, junto a Bogdanovic, Fournier, Scola y Marc Gasol.

Las estadísticas dicen que fue el mejor anotador del equipo, con 131 puntos; el que más asistencias repartió, 48; el más valorado, con 140 créditos en el apartado de la eficiencia; el segundo que más balones robó, 12 (los mismos que Claver y uno menos que Rudy Fernández); el cuarto en el capítulo reboteador, con 37 capturas (solo superado por Marc Gasol con 44, Juancho Hernangómez con 41 y Víctor Claver con 39); y el segundo con más minutos en pista, 217 (Marc Gasol sumó 228).

La retina de los aficionados dice que algunas de las acciones más vistosas de la Copa del Mundo llevaron la firma del base, sobre todo en entradas a canasta y en alguna que otra asistencia por su capacidad para anticipar e interpretar el baloncesto.

La sensación, al echar la vista atrás, es que aplicó sus dotes de mando con la seguridad y la tranquilidad de quien domina la escena sin hacerse notar. Así es también su baloncesto, tranquilo y discreto, pero efectivo, sin necesidad de alzar la voz ni de hacer aspavientos.

Así es el base que en solo unas semanas iniciará su tercera aventura en la NBA, al volante de los Suns de Phoenix, después de seis temporadas en los Timberwolves de Minnesota y dos en los Jazz de Utah. Todo ello sin haber cumplido todavía los 30.