David Villa entierra su artillería

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FADI AL-ASSAAD | REUTERS

Con 38 años, el Guaje anuncia en Japón su retirada tras ganar 14 títulos y comprar un club en Nueva York

13 nov 2019 . Actualizado a las 21:48 h.

«Siempre me he dicho a mí mismo que prefiero dejar yo el fútbol antes de que el fútbol me deje a mí». Y el fútbol debe estar ya buscándole las cosquillas. David Villa (Langreo, 1981) anunció su retiro lejos, al oeste de Japón, y seguido de cerca por la atenta mirada de Andrés Iniesta. En Kobe, donde defiende la elástica del Vissel, el asturiano hipoteca a la Copa del Emperador la fecha definitiva de su despedida profesional. El cruce, el 21 de diciembre ante el Shimuzu S-Pulse. Con catorce títulos en su mochila, Villa no descarta que su última foto lleve también el festejo de un trofeo. «Si logramos pasar las semifinales, mi retirada será el 2 de enero y como campeones». Al club nipón, que termina la liga el 7 de diciembre y transita por la zona media de la tabla, le lleva aportados 22 goles.

El niño del pueblo minero

«Creo que es el momento perfecto. Es una decisión muy meditada». David Villa, formado en las categorías inferiores del Sporting, debutó con el primer equipo como profesional el 17 de junio del 2001. «Gracias por todo lo que has dado al fútbol, Guaje» se rendían tras su anuncio en su primer club. Ese apelativo, con el que le bautizó el exfutbolista Chus Bravo cuando ambos compartían vestuario en el filial sportinguista, le acompañó en toda su trayectoria. «Es como una denominación de origen», portaba orgulloso. Guaje significa niño en asturiano -ese año en el filial era más joven que el resto del grupo- y la forma con la que los mineros apelaban a los ayudantes más jóvenes. Tuilla, localidad de Langreo en la que nació Villa, está enclavada en el valle del río Candín, en pleno territorio minero. Allí puso su nombre a unas instalaciones deportivas en el 2010.

Ocho clubes y 365 goles

Villa marcó 38 goles durante las dos temporadas que disputó con el Sporting en Segunda. El Zaragoza lo fichó para hacerlo debutar en Primera. Marcó 39 tantos en 94 partidos. Allí ganó una Copa del Rey y una Supercopa de España. «Nos diste muchas alegrías en La Romareda. Te deseo lo mejor», respondía a su mensaje de despedida Ander Herrera. Valencia -dónde marcó 129 goles y conquistó otra Copa- Barcelona -anotó 48 y ganó una Champions, tres ligas, una Copa y dos Supercopas- y Atlético de Madrid -15 tantos para sumar otra liga- completaron su trayectoria en España.

En el 2014, decide abandonar el Atlético tras recibir una suculenta oferta del New York City, que lo convierte en su primer fichaje para competir en la MLS. «Era irrechazable», confesó entonces. Esa experiencia en Nueva York -jugó cedido cuatro partidos en el Melbourne australiano, con el que marcó dos goles- cambiaría su perspectiva del fútbol. «Disfruté de un club que empezaba desde cero, me permitió abrir fronteras y establecer una conexión personal muy grande con Estados Unidos». No perdió un ápice de su habilidad para el gol. Allí anotó 126 dianas. En total, hasta el día presente, Villa ha marcado 365 goles en los ocho clubes en los que ha militado.

El máximo anotador de España

Entre los quince títulos colectivos que Villa se lleva como profesional, mención especial para la Eurocopa que conquistó en el 2008 -fue además el máximo goleador de la competición- y el Mundial del 2010 en Sudáfrica -dónde fue bota de plata- con la selección española.

Villa, que debutó como internacional absoluto el 9 de febrero del 2005 en un partido contra San Marino, deja para España el mejor registro goleador de su historia: 59 goles en 98 partidos. «Hemos compartido momentos inimaginables», le dedicaba por escrito Iniesta, tras ser testigo de su comparecencia.

Propietario del Queensboro

«Queens siempre mostró mucho amor hacia mí y hacia mi familia cuando estuvimos en Nueva York». Villa ha invertido, junto al empresario neoyorquino Jonathan Krane, comprando una franquicia de la USL con licencia para jugar la máxima categoría de la liga norteamericana a partir del 2021. «Para mí es un sueño construir un equipo profesional allí». El Guaje cuelga las botas. El fútbol no piensa dejarlo.