Frenkie De Jong disparó su caché en la vuelta del cruce de Champions entre el Ajax y los blancos, desarbolados
18 dic 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Solari encontró un clavo al que agarrarse en Ámsterdam y terminó de quemarse a él aferrado tres semanas después. El Real Madrid del argentino había propiciado la primera derrota del nuevo Ajax de los chavales en competición continental y los holandeses le devolvieron el castigo multiplicado en una de las noches más difíciles de la historia reciente en el Bernabéu. Allí anotaron Ziyech, Neres, Tadic y Schone, pero no hubo otro a la altura de Frenkie De Jong. El espigado cerebro del conjunto que dirigía Erik ten Hag gobernó a su antojo el complicado duelo, disimulando su condición de veinteañero y disparando su caché.
El Barça, siempre ansioso por reconstruir la medular de la que obtuvo sus mayores logros, tomó nota e invirtió 75 millones (más once en variables) en poner al internacional al servicio de Valverde, quien de inmediato le invitó a compartir el timón. Apenas lo ha soltado desde que arrancó el curso, convertido en el jugador de campo que más minutos acumula en el vigente campeón. Esta condición ha tenido como efecto colateral la pérdida de protagonismo de quien ha sido una de las piezas claves en el entramado culé de las últimas campañas. Rakitic, indiscutible hasta el pasado mes de junio solo ha sido titular media docena de veces en lo que va de curso, en el que no ha dejado de especularse acerca de su posible salida del club.
El croata no es el único perjudicado por la entrega del Barça a De Jong. Arthur empezó la temporada en el banquillo y Vidal apenas ha salido de inicio en cinco choques. Busquets es el único a salvo, de momento, de la polivalencia del holandés, capaz de mover un equipo desde cualquier altura de la medular.
Le falta gol (solo ha marcado frente al Valencia, el segundo tanto de un 5-2), pero el futbolista de Arkel ya le demostró al Real Madrid que no necesita ver puerta para llamar la atención.