El Barça visita al Nápoles en la ida de los octavos de final de la Champions League, primer partido del delantero azulgrana en la que fue casa del Pelusa
25 feb 2020 . Actualizado a las 10:47 h.Además de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, Leo Messi también es un apasionado de su deporte y un coleccionista de momentos que valora más ahora que va cumpliendo años. Cuando se sorteó la fase de grupos de esta edición de la Liga de Campeones, ya mostró públicamente su alegría por conocer por fin el impresionante ambiente que se vive en el Westfalenstadion del Borussia Dortmund, hoy llamado Signal Iduna Park, con mosaicos en la grada que son obras de arte.
El sorteo de los octavos de final le deparó otro regalo: pisar el césped de San Paolo, la casa de Maradona, el ídolo a quien siempre se le comparó desde niño y a quien ya dejó atrás en el ránking de los cracs de la historia. Bueno, esa afirmación todavía se debate en Argentina, por ese Mundial que se le resiste al 10 del Barça, y se niega en Nápoles. Es el único lugar en el planeta en el que esa discusión es una ofensa porque solo hay un Dios, Maradona, con su religión y altares para mostrarle su devoción. El Barça se enfrenta al Nápoles (21. 00 horas, Movistar Liga de Campeones) y Messi, a Maradona.
El Nápoles, de la mano del exbético Fabián Ruiz, uno de sus líderes en el centro del campo, tocó fondo en la Serie A, con líos internos, motín contra la directiva y una destitución sorprendente de Carlo Ancelotti tras clasificar al equipo para los octavos de final de la Liga de Campeones. Aterrizó Gattuso con el recuerdo del hombre duro que fue en la media del Milan, pero con una trayectoria como entrenador nada brillante, y el tránsito de uno a otro confundió todavía más al equipo, que llegó a estar más cerca de la zona de descenso que de la que da acceso a la Liga de Campeones en la clasificación. Pero finalmente dio con la tecla y el Nápoles atraviesa su mejor momento, peleando por una plaza ya en la zona Liga Europa tras sumar doce de los últimos quince puntos en juego y acariciando el pase a la final de la Copa tras ganar 0-1 al Inter en la ida de la semifinal. Ese día se ganó la titularidad Ospina bajo palos en detrimento de Meret. El refuerzo invernal del alemán Demme también fue importante para equilibrar el centro del campo.
El Barça también llega animado por los últimos resultados propios y ajenos, pues ha recuperado el liderato de la Liga antes del clásico, pero todavía no ha demostrado que haya superado la psicosis de los desplazamientos que sufría con Ernesto Valverde y que ha mantenido con Quique Setién, como quedó claro en las dos salidas más complicadas de esta nueva etapa: 2-0 en Liga en Valencia y 1-0 en Copa en Bilbao. El 2-3 liguero ante el Betis cortó la inercia negativa, pero no las malas sensaciones.
Setién no podrá contar con cuatro jugadores que de estar recuperados hubiesen sido titulares: los laterales Jordi Alba y Sergi Roberto y los delanteros Luis Suárez y Dembélé. Y Braithwaite, aunque viajó para hacer grupo, no está inscrito en Europa por lo que no podrá jugar. Al técnico cántabro le quedan catorce fichas del primer equipo más Ansu Fati, ya uno más de la primera plantilla. Viajaron también del Barça B un portero, Iñaki Peña, el lateral zurdo Akieme, el central Araujo, el interior Riqui Puig y el extremo Collado.