
De entrada, había cierta incertidumbre por conocer ambas alineaciones y, a partir de ellas, comenzar a visualizar ciertos escenarios. El Manchester City, por presencia de De Bruyne y de Bernardo, pretendió con un doble falso nueve intentar repetir algo similar a lo que le salió bien en Premier contra el United.
En la primera mitad, el Madrid fue conducido a lo que su rival pretendía. Que saltasen. Lograr situaciones profundas con Mahrez y con Gabriel Jesús. Se percibía en este primer período que el City conseguía lo que pretendía, alimentado por lo que hacía el Real Madrid. También es verdad que la frecuencia con lo que eso ocurría era más bien escasa.
Luego, en la segunda parte, el escenario cambió. Primeros minutos en donde las ubicaciones de Bernardo y De Bruyne creo que sí hacen daño, porque pasan a ser invisibles para los mediocentros y están en distancia con los centrales, que seguramente ni Ramos ni Varane podrían acudir hasta ellos; pero llega el gol del Madrid. Tras él, hubo unos minutos posteriores en los que uno realmente podía imaginar que se pudiese incrementar la ventaja. Ahí creo que es importante reseñar algo evidente: en las cinco Champions en donde Cristiano es pichichi, el Real Madrid gana cuatro. Disponer de jugadores como ese, con ese peso, es fundamental. Precisamente por eso también es curioso que el Barcelona, disponiendo de otro genio como Messi, no haya ganado más, porque estos futbolistas, en estos contextos, en estos escenarios, son determinantes.
Dicho lo cual, la entrada de Sterling, el haber acercado a De Bruyne al perfil del lateral derecho, creando muchísimos problemas a Dani Carvajal, así como la reubicación de Gabriel Jesús como delantero, permitieron al Manchester City robar, correr y terminar el partido, antes de la expulsión de Sergio Ramos, disponiendo de la pelota, garantizándola, evitando contraataques y pudiendo hacer lo que finalmente obtuvo. No fue el premio del tercer gol, pero sí ala acción en donde Sergio Ramos es expulsado. Una baja importantísima para la vuelta por su jerarquía. Es un resultado importante para el City, pero el Madrid tiene un idilio con esta competición y nunca hay que darlo por muerto.
Rubén de la Barrera es entrenador nacional de fútbol.