El Deportivo y el Lugo completaron un pobre partido marcado por la falta de ocasiones de gol

Pedro Barreiros
Redactor

Más que repartirse los puntos del derbi, el Dépor y el Lugo tiraron por el retrete uno de los tres en juego del derbi raquítico y flojísimo que protagonizaron, marcado por las urgencias de dos equipos que ya se nota que no pueden permitirse más errores tras una temporada gris y sufriente. Ninguno resolvió sus cuitas y seguirá apurado por el futuro en la Liga tras un noventa feos minutos disputados en un Riazor de gala que, desde luego, no mereció un espectáculo con mucha más emoción que fútbol.

Para los coruñeses, que venían de encajar cinco goles en las dos últimas jornadas, el empate les devolvió a su realidad liguera, con tres puntos por encima del descenso y la soñada promoción en un horizonte no tan lejano, pero superpoblado de rivales. El Lugo, que encadenó su tercer partido invicto y sin encajar, continúa en posiciones de descenso.

Ni siquiera el espectacular ambiente de la grada calentó un derbi que se congeló en cuanto el balón comenzó a rodar. Soso y miedica, con los dos equipos más pendientes del fallo del contrario que de proponer algo, el período inicial transcurrió entre el bostezo y el aburrimiento, pues no sucedió nada de nada. Dos faltas directas (ambas a unos treinta metros de la portería y resueltas con solvencia por Ander Cantero) de Aketxe, cuyos lanzamientos combados comienzan a celebrarse en Riazor como si se tratasen de penaltis, llevaron el único peligro. El Dépor, que adelantó mucho su defensa y presionó más arriba que en nunca, llevó la iniciativa, pero apenas le sirvió. El Lugo, que comenzó con un chut alto de Kravets a otro saque de esquina que los coruñeses defendieron empotrados bajo el larguero, se conformó luego con tejer una pegajosa telaraña en su propio campo y salir a la contra, aunque apenas se estiró más que en un disparo esquinado de Jaime Seoane que se estrelló en el lateral de la red.

La lluvia compareció tras el descanso y al partido le entró la tiritona, el insoportable miedo de ambos a perder. El Lugo trató de exprimir sus posibilidades a la contra. Rahmani casi dio el susto cuando encaró a Dani Giménez en un centro a la espalda de la defensa que Mujaid resolvió por los pelos y, poco después, Herrera se giró en el área para chutar ante el meta, pero este respondió bien situado.

En el bando coruñés, Merino estuvo a punto de rebañar un buen centro de Aketxe al área, pero al Deportivo le costaba un riñón encontrar huecos en la seria y pegajosa defensa albivermella, un acordeón perfectamente acompasado que no se resintió ni cuando Marcelo Djaló pidió el cambio. Entró un viejo conocido, el exfabrilista Pita y, poco después, otro, Hugo Rama.

Los cambios diluyeron a los locales, que jugaron con dos puntas, pero cedieron la iniciativa a un Lugo sin mordiente. Este acabó el partido mientras embotellaba en su parcela a un sorprendido Dépor. Ni así se animó el cotarro. Los únicos sustos correspondieron a la cuenta atrás del reloj, y todo mantuvo el nublado tono anterior. El de un derbi que bien pudo jugarse sin porterías.

Ficha técnica:

0 - Deportivo: Dani Giménez; Bóveda (Hugo Vallejo, m.86), Mujaid, Peru Nolaskoain, Montero, Mollejo; Aketxe, Álex Bergantiños, Vicente Gómez (Beauvue, m.82), Emre Çolak (Uche Agbo, m.88); y Sabin Merino.

0 - Lugo: Ander Cantero; Campabadal, Peybernes, Djaló (Pita, m.37), Kravets; El Hacen, Jaume Grau, Jaime Seoane; Cristian Herrera (Iriome, m.69), Carrillo y Yanis Rahmani (Hugo Rama, m.87).

Árbitro: Arcediano Monescillo, del Comité castellano-manchego. Mostró amarilla a Peybernes (m.18), del Lugo. También amonestó al segundo entrenador del equipo rojiblanco, José Vicente Soto (m.37).

Incidencias: Partido de la trigésima jornada de LaLiga SmartBank disputado en el Estadio Abanca-Riazor ante 25.963, unos mil del Lugo.

El 1x1 de los jugadores del Deportivo

Aketxe 6

Fue el encargado de trenzar las acciones de mayor peligro. Dio un fenomenal pase de gol a Sabin Merino. Además, llevó peligro a balón parado.

Dani Giménez 5

Encuentro poco exigente para el meta, que apenas tuvo que intervenir. Su lesión parece ya superada.

Bóveda -6

Sigue en un muy buen momento, con mucha participación en ataque. Dejó el campo agotado.

Mujaid 6

Prácticamente impecable en labores de contención. Le faltó animarse más con sus arrancadas.

Montero 5

Encuentro sin lagunas del central izquierdo. Correcto, evitando aprietos.

Mollejo 5

Algo precipitado en la toma de decisiones. Bien en el trabajo defensivo.

Bergantiños 6

Partido muy correcto por parte del capitán, centrado en labores de contención y ofreciéndose en fase ofensiva.

Vicente Gómez 6

Aprovechó la titularidad para cuajar una buena actuación, sin complicarse. Se echó de menos algo más de mordiente con la pelota.

Çolak 5

Muy sacrificado en la presión, tuvo su lunar en la labor creativa, con cierta precipitación en la toma de decisiones. Fue sustituido al final.

Sabin Merino 5

Peleó sin descanso por cada balón, pero apenas dispuso de ocasiones de marcar. Desperdició un gran pase de Aketxe con un control que no fue lo suficientemente bueno.

Beauvue -

- Fue el primer cambio ordenado por Fernando Vázquez, a diez minutos del final. No dejó casi huella.

Vallejo -

- Reemplazó a un Eneko Bóveda ya fundido y ocupó el carril derecho. Tuvo poca participación porque la pelota pasó poco tiempo en pies del Dépor.

Uche -

Completó la serie de cambios de Fernando Vázquez, aportando músculo en la medular. Apenas consiguió intervenir.

 Nolaskoain 5

Aunque acabó entonándose con el paso de los minutos, perdió varios balones en zonas de riesgo y pifió algún despeje fácil. Lejos de su rendimiento en la medular.

El «1x1» del Lugo en Riazor

El mejor, Peybernes, 7

Imperial. El central francés ganó todas las batallas con los atacantes deportivistas. Providencial en un remate a bocajarro de Eneko Bóveda.

Cantero, 5

En su línea de regularidad. Muy fiable con el pie y seguro en los misiles de Aketxe.

Campabadal, 5

Le tocó lidiar con Çolak y Mollejo y por momentos se vio superado. En ataque su aportación fue escasa.

Marcelo Djaló, 6

Orto muro en la defensa rojiblanca. Más impreciso en los despejes. Se fue lesionado.

Kravets, 5

No fue el puñal que acostumbra a ser por el costado izquierdo. Correcto en labores de contención.

Jaume Grau, 6

Preciso cada vez que debía iniciar jugada desde de la frontal y ágil en la anticipación.

El Hacen, 6

Se había acostumbrado a marcar, pero en Riazor no pudo. Aportó pundonor en la medular y estuvo rápido, muy acertado en las ayudas defensivas y dejó varios pases muy peligrosos a la espalda de la defensa.

Jaime Seoane, 5

Más gris en ataque que en sus anteriores actuaciones. Se vació para acudir al auxilio de sus compañeros.

Rahmani, 6

El atacante rojiblanco que más problemas creó a la defensa local. En algunas acciones pecó de individualismo.

Carrillo, 4

Muy desasistido. Apenas creó peligro.

Iriome, 4

Sin mucho protagonismo.

Pita, 5

Salió para relevar a Djaló en el eje de la defensa. Cumplió.

Hugo Rama

- Sin tiempo.

No fue su día, Cristian Herrera, 3

Acusó la inactividad. Voluntarioso, pero sin chispa.

Una grada encendida y un mosaico espectacular

Fernando Vázquez señaló en la previa que el auténtico derbi, al menos en el terreno emocional, es otro; el que tiene al Celta como adversario. Pero la hinchada supo fingir para darle al duelo entre vecinos alta intensidad. La propia de un encuentro entre dos equipos que comparten el objetivo de escapar de la quema.

Tomaron cierta ventaja los aficionados del Lugo, aprovechando que los seguidores coruñeses se tomaron más tiempo para comparecer. Los cientos de rojiblancos que acudieron a Riazor para acompañar a su equipo se dejaron la garganta en la previa y pronto se vieron contestados por los hinchas locales, que contaron además con apoyo material.

Cuando los equipos saltaron por fin al césped, las gradas se poblaron de cartulinas blanquiazules en un mosaico espectacular que se mantuvo en alto un buen rato, mientras sobre el campo se procedía al saludo de rigor. El trabajo de la Federación de Peñas, que se había encargado de repartir el papel por los asientos, cuajó en una fenomenal escena para dar mayor entidad al enfrentamiento entre gallegos.

Ya con la pelota rodando, el pulso de aficiones se sostuvo más allá de la lógica inferioridad numérica visitante. Los llegados de Lugo se hicieron notar en muchos tramos del partido e incluso contribuyeron en la ovación cuando la megafonía anunció el nombre de Fernando Vázquez, que pasó por el banquillo lucense en la temporada 94-95. El público se resistió a dejarse contagiar por el ritmo lento del choque, pero fue perdiendo fuelle en un desenlace algo deslucido.