De los errores inesperados del PSG al rodillo alemán

manuel mosquera PATROCINIO-SANTANDER

DEPORTES

Manu Fernandez / POOL

24 ago 2020 . Actualizado a las 00:03 h.

El Bayern de Múnich se corona ganador de la Liga de Campeones con toda justicia. Por el torneo que ha disputado y por la final que ha sabido ganar ante un París Saint Germain que se fue diluyendo después de un inicio que respondía a todo lo que necesitaba, pero en el que le añoró el acierto de sus figuras.

De entrada había dos escenarios posibles. Al Bayern le interesaba imponer su ataque posicional, el contexto en el que suele aplicar su famoso rodillo, y al PSG le convenía atacar a una defensa muy adelantada como la alemana. En ese pulso se impuso al inicio la idea del equipo francés. Pudo correr, y a partir de ahí necesitaba que no le sucediese como al Lyon en la semifinal, cuando desperdició las oportunidades que se encontró con campo abierto. Pero eso fue lo que hizo un conjunto con mucho más talento para definir: fallar en el escenario ideal para sus intereses.

El PSG, que había sido superior en el primer tiempo, se fue apagando. Los rostros de sus jugadores lo denotaban después de haber desperdiciado su momento, y parecía que ya no estaban el partido. Porque el rodillo empezaba a funcionar. Sin completar su mejor partido, el Bayern actuó como una máquina bien engrasada. Incluso con el gol a su favor, evitó encerrarse atrás a defender y prefirió irse arriba sin llegar a conceder espacios al rival. El equipo de Múnich terminó la final sin arrollar, pero controlando el partido a través de su estilo.

El PSG se marcha de Lisboa derrotado y con la sensación de que hizo casi todo lo que debía. Sin embargo, le faltó el acierto en las tres ocasiones claras del primer tiempo de Mbappé y Neymar.