El Compos conquistó el derbi con un fútbol que empezó a pulir hace un lustro
24 ene 2021 . Actualizado a las 21:14 h.De los once jugadores que conformaron la formación titular del Compostela, nueve ya estaban en el equipo el pasado curso, en Tercera. Lo mismo que los cinco que entraron desde el banquillo. Es un dato que no hace sino refrendar la confianza en un proyecto que arrancó cinco años atrás y que ha sabido ir creciendo sin prisa, con confianza, sin perder la perspectiva por más que por el camino el colectivo se quedase en dos ocasiones a las puertas del ascenso. Los retoques de cada verano le han valido para no dejar de crecer. Y en Segunda B está acreditando una madurez que ya se le vio la pasada campaña, con un presupuesto que no llega al millón de euros.
Contrastes
La paciencia y la confianza encontraron premio frente a un proyecto de otro corte, más apremiado por las urgencias y porque en esos mismos cinco años el Deportivo ha seguido el camino inverso, ha ido perdiendo identidad sin frenar la caída. El dinero ayuda pero no garantiza. Y los trece millones de presupuesto no están teniendo en la cancha el reflejo esperado.
La victoria del Compos en el derbi es consecuencia de esa paciencia para ir construyendo el equipo actual y de la madurez que ha ido ganando el colectivo. Porque no se descompuso en ningún momento, supo esperar su oportunidad sin dejar de buscarla y, en el tramo final, con los dos goles de renta, alargó las posesiones para desgastar al rival.
Yago Iglesias volvió a ser valiente en un derbi. Porque juntar en el centro del campo a Pablo Antas, Bicho y Josiño no es fácil. Los tres son más de confección que de corte y, sin embargo, el equipo no se resintió cuando no tuvo el balón.
Bicho le hizo mucho daño al Deportivo con su capacidad para recibir el balón, esconderlo y distribuirlo sin precipitarse. Se sintió muy arropado por Josiño y por Brais Abelenda, un jugador insondable para los rivales. Lo mismo se convertía en un centrocampista más que irrumpía en el área como hizo en la acción del primer gol. Leyó lo que iba a pasar antes de que sucediese y se metió en el área pequeña, y volvió a anticiparse para recular y aprovechar la cesión de Miki.
Cada pieza en su sitio
Cada pieza tiene sus sitio y su cometido. Y un buen ejemplo es el de Guille Torres, el último en llegar, tras la lesión de Joel en pretemporada. Le está tocando suplir a Álvaro Casas, uno de los mariscales del equipo, y la maquinaria no se resiente. Más allá de la fogosidad de la juventud, estuvo realmente rápido y providencial en un par de intervenciones dentro del área, de las pocas en las que el Deportivo consiguió entrar en ese hábitat.
La victoria le llega al Compostela en el mejor momento, porque en el fútbol es muy difícil encontrar la solidez y muy fácil que entren las dudas. El equipo venía de hacer su peor partido en Salamanca y, como decía Yago Iglesias a la conclusión del derbi, los tres puntos de Riazor son la mejor receta para «volver al camino y creer».
El conjunto santiagués ganó porque cree en lo que hace y no se cree que está todo hecho. El entrenador también aprovechó para recordar en el triunfo que levantar el pie del acelerador o perder la humildad son la mejor manera de echarlo todo a perder.