Saúl Craviotto y Mireia Belmonte, abanderados de España: «Incluso nos preguntamos cómo coger la bandera»

Emilio V. Escudero / Laura Marta

DEPORTES

NACHO CASARES | COE

Con cuatro medallas olímpicas cada uno en su haber, el palista Saúl Craviotto y la nadadora Mireia Belmonte se preparan para uno de esos momentos inolvidables para cualquier deportista de élite. Ambos portarán la bandera española en la ceremonia inaugural de unos Juegos en los que buscarán igualar el récord de preseas de David Cal.

22 jul 2021 . Actualizado a las 09:07 h.

Para Saúl Craviotto (Lérida, 1984) se acercan unos días intensos y emotivos como pocos en su vida. Y eso es mucho decir en un deportista que tiene en su palmarés cuatro medallas olímpicas. El catalán será el abanderado español en Tokio, honor que compartirá con Mireia Belmonte, a donde llega con la intención de ampliar su cosecha y convertirse en el atleta nacional con más metales de la historia. Reto mayúsculo que no le asusta.

—En Tokio puede igualar o superar a David Cal como máximo medallista español en unos Juegos.

—David es una leyenda, y poder estar a su altura sería increíble. Para ello, tendremos que hacerlo muy bien, aunque es cierto que la única competición que hemos hecho antes de Tokio no se nos ha dado mal (ganaron el oro en la Copa del Mundo, por delante de Alemania, la gran favorita en Tokio). Hay que tener los pies en el suelo, porque está todo muy igualado, y una mala salida o cualquier detalle te saca del podio. Seguro que los alemanes están entrenando como bestias.

—Ustedes también tendrán ganas de demostrar que son los cuatro que se merecen estar ahí después de todo lo que ocurrió durante el selectivo.

—Si le digo la verdad, aquello es un episodio que hemos dejado definitivamente atrás, y en el que no pensamos. No forma parte de nuestra motivación, ni tenemos ánimo de revancha. Pensamos en los alemanes, en los demás rivales y las ganas que tenemos de subir al podio, pero no perdemos ni un minuto de nuestro tiempo en aquello.

—¿Cuando debutó en unos Juegos, en el 2008, imaginaba que algún día podría ser el abanderado de España?

—Para nada. Entonces era casi un chaval, que iba a sus primeros Juegos cargado de ilusión. Desde entonces, han cambiado mucho las cosas, he crecido como deportista y como persona, aunque creo que la esencia, aquella ilusión, sigue siendo la misma.

—¿Ha pensado mucho en la ceremonia de los Juegos? ¿Se ha imaginado allí?

—Sí, claro que he imaginado mucho cómo será ese momento, pero creo que no se va a parecer en nada a lo que haya podido pensar. No tenemos aún muy claro cómo va a ser la ceremonia, ni lo que nos espera. Sabemos que no habrá público, que es una lástima, pero seguro que, sea como sea, será bonito y lo disfrutaremos por los que estemos allí, por los que lo sigan desde casa y por los que no lo puedan hacer, porque nos hayan dejado durante la pandemia.

—¿Tendrá muy presente a todas esas personas que lo han pasado mal durante los últimos meses?

—Por supuesto. Después del año y pico que llevamos sufriendo todos de una u otra manera, tenemos claro que todo lo que hagamos en Tokio va a ir dedicado a esas personas, incluido mi entrenador, que perdió a su padre por coronavirus.

—Mireia Belmonte y Saúl Craviotto, vaya pareja de leyendas para llevar la bandera.

—Es un momento histórico, porque es la primera vez que se va a ver algo así en unos Juegos, y yo estoy encantado. No solo por compartir ese honor con una mujer, sino por hacerlo con una deportista como Mireia, que es una leyenda del deporte español. Va a ser un momento precioso, y me muero de ganas por estar ya en el estadio junto a ella.

—Y dos catalanes portando la bandera con todo lo que está pasando en el país.

—Mire, si sirve para unir, pues yo encantado. La verdad es que no había pensado en ello. Yo me siento español hasta la médula, y para mí llevar la bandera de mi país en los Juegos Olímpicos es lo más bonito del mundo.

—¿Ha hablado ya con Belmonte de cómo van a hacer en el desfile?

—Pues no sabemos muy bien cómo va a ser todo, y eso que nos hemos intentado informar, pero hay mucha incertidumbre. Nos hemos preguntado incluso cómo vamos a coger la bandera, porque claro, no sabemos si podremos portarla los dos o nos tendremos que alternar. Llevar un mástil entre los dos es raro, porque uno se quedará tapado por la bandera. Veremos.

«Buscaré recuerdos pasados e imaginaré que hay público»

Tocó la pared del Centro acuático de Río y se dio la vuelta. Le costó un segundo mirar al marcador y palmear el agua con la mano. En ese gesto, la alegría propia y la de todo un país que nadó con ella esas últimas brazadas para atrapar la medalla en los 200 mariposa. El culmen de todo deportista. Mireia Belmonte (Badalona, 1990) volvía a empujar los límites de lo posible, borrando el prefijo ‘im’ para inscribir su nombre en letras doradas en la historia del deporte español. La catalana había completado un póker que la convierte en la mejor nadadora española de todos los tiempos, con las dos platas en Londres 2012 (200 mariposa y 800 libres), además del bronce en 400 estilos en la cita carioca. Cuatro medallas olímpicas que refrendaban, no obstante, solo una parte de todo lo que invirtió en ellas, desde que una recomendación médica la llevara a la piscina de Badalona cuando era una niña. El gen competitivo, ese que solo unos elegidos tienen y menos aún lo saben desarrollar, la impulsó a buscar nuevos objetivos nada más despertarse con el oro colgado al cuello. Puso su meta en los Juegos de Tokio 2020 que hoy comienzan. Unos muy especiales porque ese brillo de las medallas se queda corto al que tiene la nadadora desde que fue designada como abanderada de la delegación española, honor que comparte con Saúl Craviotto y que se produce por primera vez en una nueva normativa que impulsa la igualdad y el reconocimiento de los éxitos femeninos que tanto han crecido en los últimos años. Ambos buscan el más allá, con David Cal como referente, el límite de las cinco medallas olímpicas que posee el gallego.

—¿Qué significa para usted llevar esta bandera?

—Significa portar el símbolo de pertenencia a un país, sostener la bandera de España dentro de un evento universal como son los Juegos Olímpicos.

—¿Imagina ya ese momento?

—Sí, con ilusión, responsabilidad y con honor.

—¿Cree que tendrá más nervios que cuando se enfrenta a una final?

—Son sentimientos diferentes, pero en todos ello subyace el hecho de representar a España en una cita tan trascendental como unos Juegos.

—¿Cree que ha contribuido, con sus éxitos, para que haya una mujer también al frente de la delegación después de tantos años?

—Somos muchas las mujeres que en los diferentes eventos deportivos estamos demostrando nuestra capacidad de sacrificio y de competitividad. Esto prueba que estamos aquí y que debemos visibilizarlo.

—¿Qué papel pronostica que hará la delegación española?

—España es un país con grandes deportistas y a pesar de que el presupuesto no es de los más importantes, siempre supera las expectativas en un evento deportivo global como son los Juegos.

—¿Hay más incertidumbre con este año añadido tras la cancelación que por cómo llegarán sus rivales?

—Lo importante es luchar, y no dejar de competir por ti, y que esas ganas de competir sirvan para hacer buenas marcas.

—¿Le afectará que en la piscina no pueda haber espectadores o, al tener que estar tan concentrada siempre, lo notará menos?

—Sentiré la ausencia del público, sin duda, pero buscaré recuerdos pasados y me imaginaré que están presentes a través de las retransmisiones de los medios de comunicación.

—Van a ser unos Juegos distintos a los que ya ha vivido, pero ¿cree que serán todavía más especiales en lo personal de los deportistas por todo lo que se ha sufrido este año pasado?

—Son los Juegos Olímpicos en los que me toca competir en este momento. Serán especiales por todo lo que significan en este tiempo covid, y de ahí que puedan servir de homenaje y recuerdo a todos nuestros compatriotas que están sufriendo y también para los que desgraciadamente han fallecido en este tiempo de pandemia.