La rebelión de los actores de reparto

DEPORTES

Mariscal

25 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El clásico, aunque fuera sin las grandes estrellas de tiempos pretéritos, volvió a acapararlo todo una vez más, pero aunque tanto Real Madrid como Barcelona, pese a sus miles de problemas derivados de una nefasta gestión, sigan siendo los reyes de una liga más entredicho que nunca, los grandes animadores son otros.

El fútbol siempre ha sido una especie de lucha de clases en donde dinero y posición van (o iban) de la mano. La competición española, quizás por exigencias del guion, se ha convertido en un foco de rebelión y los que parecían actores de reparto responden al cartel de potencias emergentes.

Equipos que combinan cantera y fichajes, como la Real Sociedad, pueden presentar su candidatura al liderato, con argumentos y sin rubor, porque el milagro del fútbol guipuzcoano existe principalmente porque a Imanol Alguacil le da igual meter en el campo a un internacional sueco que a un imberbe producto de Zubieta.

Pero tampoco se pueden pasar por alto los ejemplos de Osasuna o Rayo Vallecano, capaces de alterar el orden a base de fútbol y frenesí. En Pamplona, con manos gallegas en las oficinas que mueven los hilos de un equipo de autor como el fabricado por Jagoba Arrasate, y en Vallecas, bajo la privilegiada cabeza de un Andoni Iraola que antes o después habitará en el banquillo de San Mamés. Incluso el Mallorca, un recién retornado a la élite, puede tener un sitio entre los alborotadores de la liga. Por jugar sin miedo y sin pausa.

Cuatro ejemplos que se encargan de mantener vivo el sueño de que el otro fútbol es posible y que hay vida balompédica más allá del clásico, de las Superligas europeas y de proyectos faraónicos abocados al fracaso más pronto que tarde. Proyectos que le han dado un aire fresco a un fútbol que sigue viviendo en su burbuja.