El mediapunta de origen lucense es uno de los jugadores más diferenciales de la cantera del Madrid. Internacional sub-17. CEDIDA
Rompe récords goleadores en Valdebebas con 14 años y sus primeros entrenadores destacan su «habilidad innata» y «pasión total»: «Tiene posibilidades serias de triunfar»
30 dic 2023 . Actualizado a las 00:26 h.Álvaro Arbeloa lo mima en el cadete A del Real Madrid, aunque por edad aún le corresponde jugar en el B, la selección española sub-15 le da galones y Jorge Mendes ya le echó sus redes. Es pronto para saber a dónde puede llegar Paulo Iago Álvarez Morón (Madrid, 2007), pero, de momento, su «pasión» y «talento innato» ya han convertido al pequeño centrocampista zurdo con sangre gallega en el mejor goleador de La Fábrica, con cerca de 200 goles a sus espaldas.
«Y eso que el gol no es su mejor cualidad», advierten sobre el hijo menor de Xosé Álvarez Murias, que tras militar en el Sporting Pontenova, el Baleira y el Meira, se marchó a Suiza por trabajo y hace 30 años se afincó en Madrid. Allí se enamoró de Aurora, formaron una familia y criaron a Brais y Paulo Iago, aunque siempre que puede regresa a sus orígenes en la zona nororiental de la provincia de Lugo.
Desde A Fonsagrada y Ribadeo, principalmente, la familia sigue con ilusión los avances de un futbolista «con posibilidades serias de triunfar en el Real Madrid». Sus primeros entrenadores advierten de que todavía le queda mucho, pero también de que tiene todo lo necesario para llegar y va dando los pasos adecuados desde que entró en Valdebebas en prebenjamines, tras descartar ofertas del Atlético de Madrid y el Rayo Vallecano.
«Lo cogí en el alevín A. Venía de una etapa un poco difícil porque tuvo una lesión y le faltaba confianza. Físicamente era muy pequeño, pero es muy talentoso y le pone mucha pasión a los entrenamientos y a los partidos», apunta Roberto Tomás, que pasó once temporadas en la cantera madridista y lo describe como un futbolista «único» en una generación «muy potente».
«La del 2007 es la mejor generación que vi en los años que estuve en el Madrid», describe sobre el equipo con el que reconquistó LaLiga Promises 19 temporadas después en el 2019, gracias a un gol de la gran perla con raíces gallegas. «Lo hicimos con un hándicap grande que es que en Madrid jugábamos liga de fútbol 11, mientras que la mayoría de las comunidades juegan fútbol-7», apunta.
«Formamos un equipo unido y con mucho talento individual. Estaba el portero Álvaro, Carlos Díez, Paulo Iago... A Paulo le pedía que jugase entre líneas y nos enseñase su magia. Es un jugador distinto, técnicamente muy bueno, habilidoso y listo, con buena llegada desde atrás tanto para dar el último pase como para definir. Define muy bien», sostiene sobre un chaval que encuentra en Luka Modric y Lionel Messi sus principales referentes.
«Por el entorno familiar que tiene y la progresión que está llevando, creo que puede ser un jugador muy importante en el fútbol profesional. Tiene carácter, es ganador, no le gusta perder ni a las chapas. Tiene talento y ganas, así que si desde el club son capaces de guiarlo y tiene suerte, llegará a la élite», predice Roberto Tomás.
«Con 4 años rompió el peroné y ni así soltaba el balón»
A los dos años, Paulo Iago ya mostraba una pasión fuera de lo normal por el balón. «Con cuatro años se rompió la tibia y el peroné jugando en el parque, y lo primero que me preguntó fue si iba a volver a jugar al fútbol», cuenta Xosé Álvarez. «Estaba escayolado y ni así soltaba el balón. Ni así paraba quieto», añade Mariano Encinas, el secretario técnico del primer equipo en el que jugó, el Parque Sureste.
«Aquí estuvo jugando en categoría biberón y era un chaval increíble. Tenía una habilidad innata en el manejo del balón y además mucho interés. Siempre venía con la pelota y antes de empezar a entrenar ya estaba jugando con ella», cuenta quien prefiere no colgarse medallas por el descubrimiento de una de las mejores promesas del fútbol español: «Lo hubiera descubierto un neófito».
Paulo pasó luego por el Adpi Rivas y el Estrella de Madrid, antes de ingresar en la gigantesca entidad merengue, pero Encinas no pierde de vista su progreso: «Por su esfuerzo e implicación ha suplido su inferioridad física. Es muy joven aún para saber a qué puede llegar, pero tiene interés, disciplina y talento. Por algo le llaman mago. La faceta goleadora no es lo mejor que tiene, es mediapunta, o puede partir desde la banda derecha, porque tiene recorte y golpeo con la zurda, pero lo mejor es su visión de juego, ve las cosas antes que el resto».
