Alonso y su «amigo» Ocon ya no se guardan ni las formas

David Sánchez de Castro MADRID / COLPISA

DEPORTES

Esteban Ocon y Fernando Alonso, durante el gran premio de Hungría.
Esteban Ocon y Fernando Alonso, durante el gran premio de Hungría. Zsolt Czegledi | EFE

La refriega entre los pilotos de Alpine destroza sus opciones en una carrera al esprint que ganó Russell por delante de Sainz y Hamilton

13 nov 2022 . Actualizado a las 14:01 h.

Fernando Alonso ha dejado muchas frases a lo largo de su trayectoria que son muy recordadas. Desde aquel «motor de GP2», como calificó al Honda de McLaren, pasando por una que, quizá, podría haber repetido este sábado en la carrera corta del gran premio de Brasil. Estando aún en Ferrari, en el 2012, dijo una realidad que no todos cumplen: «Todo el tiempo debes dejar espacio». En aquel momento estaba luchando con Lewis Hamilton y podía ser campeón, pero diez años después hubiera venido igual de bien decir lo mismo.

El matiz, y es clave, es que quien le echó de pista en la curva 4 de la primera de las 24 vueltas del esprint de Brasil fue Esteban Ocon. Su compañero, al menos hasta Abu Dabi, sigue demostrando carrera a carrera que no hace prisioneros cuando tiene que defender una posición o atacar. Esta vez le tocó la china a Alonso, como podía haber sido a cualquier otro piloto, con el matiz importante de que el español era el único piloto al que no debía defender de una manera tan agresiva.

El problema no fue tanto esa defensa al límite de Ocon, sino lo que hizo después. Alonso, con el alerón delantero dañado ya por ese incidente inicial, intentó pasar a su compañero, pero el francés, con un ínfimo, pero destacable, movimiento de volante, se lo impidió en plena recta. Una acción peligrosísima a la que Alonso no pudo reaccionar, y que le causó la pérdida del alerón del todo. El resultado fue que el asturiano tenía entrar en boxes a cambiar el morro, y el propio Ocon perdía un rendimiento clave que al final les lastró a ambos. Alonso acabó la carrera 15. º, Ocon 18. º y Alpine sin puntos y con sus dos pilotos obligados a remontar desde muy atrás.

Los comisarios investigaron lo sucedido y encontraron a Alonso culpable. La resolución fue sancionarle con cinco segundos sobre el tiempo del esprint, por lo que perdió tres posiciones, de la decimoquinta a la decimoctava. ¿Quién tiene la culpa? Debatible, pero hay una realidad clara. Si Ocon no hubiera estrangulado a Alonso (su propio compañero) hasta hacerle salirse, el asturiano no hubiera sufrido un latigazo en su coche con el que golpeó el lateral del monoplaza del francés.

Las consecuencias no se vieron solo en ese mal rendimiento en las vueltas siguientes, sino que cuando llegó a meta el coche del galo salió ardiendo. Todo se podría haber evitado si Ocon supiera comportarse con sus compañeros, una característica que le ha acompañado desde que empezó en la fórmula 1. Alonso no dijo aquello de «todo el tiempo debes dejar espacio», pero sí un par de comentarios por radio que resonarán en Alpine durante unos días. «He perdido el alerón delantero gracias a nuestro amigo», dijo primero, para después ser más contundente en un mensaje que iba dirigido a sus aún jefes, culpables de tantas cosas este año que este incidente ni siquiera les va a afectar. «Me ha empujado en la curva 4. Y luego, finalmente, también me ha empujado en la recta. ¡Bien hecho!», ironizaba el asturiano.

Fernando Alonso y Esteban Ocon, durante la carrera al esprint en Interlagos.
Fernando Alonso y Esteban Ocon, durante la carrera al esprint en Interlagos. AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

Merecida victoria de Russell

Después de la carrera, su enfado no era menor, aunque Alonso lo mostrara sonriendo. «Me da la risa, estando 15. º y 18. º; es muy divertido. Es lo que suele pasar siempre que salimos juntos. El año pasado lo evité varias veces y este año casi me lleva contra el muro en Yeda y también en Hungría. Tarde o temprano pasan estas cosas, no puedo decir nada», recordó el español, que desde el decimoctavo puesto tratará de obtener «buenos puntos» para el equipo en su lucha contra McLaren.

El inesperado poleman Kevin Magnussen duró al frente lo justo, como era previsible. En cuanto Max Verstappen tiró de coche, el danés se fue atrás. pero no para que ganara el neerlandés. El bicampeón del mundo acabó fuera del podio —que no es tal, ya que la fórmula 1 insiste en no considerar la carrera al esprint como una carrera, y por eso no hay ceremonia con toda su pompa y boato—, por detrás de George Russell. El británico ganó tras una intensa pelea con Verstappen, demostrando que la primera victoria «pata negra» de Mercedes está mucho más cerca. Tras él acabó Carlos Sainz, que sigue conformándose con las migajas y que en su lucha por llegar a lo más alto incluso se llegó a tocar con el propio Verstappen. Hamilton, tercero, mira ya con ojos golosos la posibilidad que se le brinda este domingo.