Hacía tiempo que no veía jugar tan bien al Barcelona como en la primera mitad. Hasta el minuto 20 de partido ha dominado y el Betis no ha sido capaz de pasar de medio campo. Con Dembelé y Rapinha generando el dos contra uno en banda, los interiores Pedri y Gavi rompían al espacio y hacían mucho daño. Ya en la segunda parte, los culés entraron mucho más relajados. No me gusta como defienden, cometen errores sencillos y es fácil generarles ocasiones de gol. No se ha visto esa superioridad que hubo en el comienzo del partido. Mucha más desigualdad y ahí el Betis lo ha aprovechado para empatar el partido. En la prórroga ambos estaban cansados, pero dos golazos volvieron a igualar el marcador.
En el fútbol actual, empieza a cobrar más importancia aquellos jugadores con gusto en el uno contra uno. Los mejores del partido, al menos los más que más han marcado la diferencia, han sido Dembelé en el Barcelona, y Luiz Enrique, en el Betis. Al fin y al cabo, eso es lo que rompe las defensas. Si hay ayudas, encuentras al jugador liberado. Si no las hay, puedes generar la ventaja a través del regate.
La final del domingo será contra el Real Madrid. Un clásico. Aunque no sea un título grande, ganarlo da mucha confianza. No hay más que ver como celebraron la victoria el miércoles y este jueves. No hay favoritos, cada uno con sus armas puede ganar, pero va a ser clave el descanso después de dos prórrogas. El Barcelona tiene un día menos y eso puede notarse, pero al final es el equipo que va a proponer más cosas sobre el terreno de juego. Será una final muy interesante.