Luciano Spalletti, un estudioso del juego que encontró una ciudad que comparte su pasión
DEPORTES
Cuando el técnico comenzó a entrenar, el Nápoles ya llevaba tres años sin ganar la Serie A
07 feb 2023 . Actualizado a las 19:19 h.Cuando Luciano Spalletti tomó los mandos de su primer equipo, el Nápoles ya llevaba tres años sin ganar la Serie A. Fue en 1993, cuando pasó del campo al banquillo de un Empoli al que ascendió consecutivamente desde la Serie C a la Serie A. Un mérito que le dio a conocer, aunque no se consolidó en la élite nacional hasta diez años más tarde, cuando puso en el mapa futbolístico europeo la ciudad de Udine, clasificando al Udinense por primera vez a la Champions League. Luego pasó por el Roma —dos veces—, Zenit e Inter de Milán, al que también devolvió a la Copa de Europa tras su reciente ocaso. Pero es en Nápoles donde este florentino de 63 años ha encontrado la oportunidad de sellar su nombre en los libros de historia.
Jugadores a los que entrenó y directivos que lo tuvieron contratados resaltan de él, sobre todo, la exigencia y el exhaustivo análisis táctico que realiza de los suyos y de los rivales en vídeo, algo en lo que emplea buena parte del tiempo que comparte con sus jugadores. «Hacíamos una hora y media antes de jugar y otra hora y media después», comentó Lucas Digne.
No obstante, más allá de su preparación y su amor por el juego rápido, intenso y vertical, lo que ha encontrado en Nápoles desde su llegada tiene más que ver con lo emocional y con la identidad de la ciudad, que con lo puramente deportivo.
«El orgullo y el entusiasmo de esta ciudad por su equipo transmite una pasión que les fortalece las piernas», explicaba después de que sus pupilos lograsen el primer puesto en el Grupo A de la Champions, que compartían con Liverpool y Ajax. Ahora le espera el Eintracht Frankfurt en octavos, pero la mirada de la afición está más centrada en el campeonato nacional. Ese que no celebran desde hace 33 años. Maradona era, entonces, el rey de un estadio de San Paolo que ahora le cedió el nombre a modo de homenaje.
Y sobre ese verde han aparecido dos nuevos ídolos. El talentoso mediapunta georgiano Kvaratskhelia y el potente delantero nigeriano Osimhen, capocannoniere con 16 tantos, aunque el gran arma del equipo es la profundidad de plantilla y la polivalencia de sus jugadores. El exceltista Lobotka es la extensión de Spalletti en el campo y otros jugadores con pasado en la Liga como Anguissa y Olivera, son habituales en un conjunto que suma 56 puntos de 63 posibles y que aventaja en 13 al Inter de Milán, segundo clasificado. Ingredientes más que suficientes para proyectar que este año, por fin, acabará la sequía.