Los goles de Asensio, Modric y un doblete de Benzema mantienen vivas sus opciones de luchar por la Liga si el Barcelona baja el ritmo
15 feb 2023 . Actualizado a las 23:04 h.El Real Madrid convirtió el match-ball en su contra en una sesión de baño y masaje frente al colista. A los blancos les bastó con la primera parte para triturar a un timorato Elche, recortando a ocho puntos su desventaja respecto al Barça y manteniendo con ello vivas sus opciones de pelear por la Liga en caso de que el líder baje el ritmo. Un gol de Asensio, un doblete de Benzema desde el punto de penalti y un golazo de Modric otorgaron tres puntos vitales al conjunto de Carlo Ancelotti, que evitó que la resaca por el Mundial de Clubes logrado la semana pasada en Marruecos operase a modo de distracción y encaró el envite con el cuchillo entre los dientes a partir de una alineación que atendía a estados de forma, meritocracia y dosificación de esfuerzos por encima de galones.
El Real Madrid no tenía red de seguridad, pero su calendario se asemeja a la cordillera del Himalaya y la acumulación de ochomiles que se le vienen encima a los de Chamartín se reflejó en el once de Ancelotti. Obsesionado con que su equipo confraternice al fin con el área propia, el técnico dispuso una zaga de corte pesimista a la que regresó Militao para formar pareja en el eje con Nacho. El italiano desplazó a Alaba al costado izquierdo y devolvió a Camavinga la condición de ancla. Arriba, Rodrygo se vistió de Vinicius. La parcela izquierda del ataque fue el hábitat natural del 22 mientras crecía en el Santos y este miércoles aprovechó la ausencia por sanción de su compatriota para ofrecer un auténtico recital al que solo le faltó un gol que persiguió con ahínco. Con todo, fue en el otro costado donde nació el tanto que descorchó el choque, fruto de una buena asociación de Carvajal con Asensio seguida de un eslalon prodigioso del balear y un zurdazo inapelable a la tronera.
La diana recompensó la energética puesta en escena del flamante campeón del Mundial de Clubes, que ofreció a su afición el torneo conquistado en Marruecos durante los prolegómenos y se aplicó enseguida a la faena para evitar que se le escapase definitivamente la Liga.
Sparring sin mandíbula
Pese a la inyección anímica que supuso la victoria ante el Villarreal en la anterior jornada, el Elche se sabe desahuciado y como tal se comportó en el Bernabéu, con una presión laxa y múltiples errores defensivos que le facilitaron la vida al Real Madrid.
Un penalti por una mano de Roco y otro por un derribo de Diego González sobre Rodrygo le sirvieron a Benzema para sentenciar el pleito antes del entreacto y dar alcance a Vinicius como pichichi de los blancos en lo que va de curso y ratificar que llega en plena forma al tramo decisivo de la temporada. Desde el regreso de la competición tras el parón por el Mundial acumula diez tantos y en Anfield conocen de sobra cómo se las gasta.
La proximidad de la visita al Liverpool en octavos de final de la Champions, a la que seguirán otros colosos alpinos en Liga y Copa del Rey, unida a la holgada renta frente a un adversario de cristal invitaron a esparcirse en la segunda parte a un Real Madrid pendiente ya solo de divertir a una parroquia con ganas de charanga. Rodrygo, en su versión más recreativa, y Benzema, ubicuo, oficiaron como maestros de una ceremonia a la que se sumaron Asensio, Camavinga, Ceballos, Asensio, Valverde y hasta un Militao que rozó la diana de rabona. Modric puso el broche saliendo desde el banquillo. El Elche, un sparring sin mandíbula, acudió como convidado de piedra pero no está para fiestas. Abrió el curso con espíritu sombrío y, salvo milagro, las 17 jornadas que le restan a los ilicitanos serán la crónica de una muerte largamente anunciada.