
La gran revolución del Mundial está siendo la gallega Teresa Abelleira. Está siendo la mejor jugadora de una selección española que se ha plantado en la final. Se confirma en las estadísticas como la futbolista con mejor nota media de todo el presente Mundial, y eso que comparte torneo con muchas cracs y veteranas en este deporte.
Se está haciendo un sitio en la vidriera del fútbol mundial a base de su precioso juego; repartiendo eficazmente pases, ganando duelos individuales, desesperando a sus rivales al asegurar posesiones con su protección del balón, siendo responsable de poner en juego el esférico y moviendo al equipo con elegancia desde donde la manden.
El nivel de juego que Tere está demostrando nos enorgullece como gallegos. También nos hace sonreír su valentía, tesón, compañerismo y humildad como ejemplos de valores que todavía existen en el fútbol profesional; eso sí, en el practicado por mujeres. Valentía, porque salió de su tierra para buscar la excelencia desde Pontevedra, pasando por Abegondo, donde sus compatriotas pudimos disfrutarla en persona en el Deportivo, y ahora triunfando lejos de casa en el Real Madrid.
Tesón, porque este recorrido no ha sido nada fácil para ella, y ha tenido que superar muchos sacrificios personales para llegar al punto al que se encuentra actualmente. Su compañerismo lo vemos en el apoyo continuo a todas sus compañeras, creando buen ambiente, pero también arrimando el hombro en los momentos duros. Su humildad, con sonrisas, rehuyendo el foco del protagonismo en las victorias, y lágrimas tras las derrotas, asumiendo necesidades de mejora pidiendo disculpas a su afición.
Esta jugadora gallega siendo fiel al fútbol romántico, que queremos y en el que creemos tantas, se ha hecho un favor a sí misma para hacerse una futbolista completa. Gracias, Tere, por ser ya una referente de las que necesitan mujeres, hombres, niños y niñas en Galicia y, ahora, en España y en el mundo.
Te animamos a superar, con esa tremenda clase que te caracteriza, cada momento que te toque placar en tu vida deportiva. Por el momento, ya sabes que te has ganado el orgullo de tu tierra.