La familia de la jugadora decidió ocultarle la muerte de su progenitor para evitar que la noticia afectase en su rendimiento, como ha sucedido con otros deportistas
22 ago 2023 . Actualizado a las 07:58 h.Portaba el brazalete de capitana cuando, en el minuto 29, Olga Carmona paralizó España a 17.676 kilómetros de distancia. Acababa de marcar un gol para la historia y se levantó la camiseta, mostrando una térmica roja con un nombre escrito: «Merchi». Lo hacía en honor a la madre de una amiga, que había fallecido recientemente. Lo que no sabía era que, horas antes de pisar el césped del Olympic Stadium de Sídney, su padre también había fallecido.
«Sin saberlo, tenía mi estrella antes de que empezase el partido. Sé que me has dado la fuerza para conseguir algo único. Sé que me has estado viendo esta noche y que estás orgulloso de mí. Descansa en paz, papá». Así se despidió la sevillana de su progenitor. «Fue el mejor y el peor día de mi vida. Desde donde estés, que sepas que esta estrella también es tuya, papá», añadió horas después en sus redes sociales.
La familia había decidido ocultárselo hasta después del partido para que la triste noticia no influyese en el estado de ánimo de Carmona, como ha sucedido con otros deportistas. Paco Alcácer es uno de ellos. Su padre falleció de forma repentina cuando iba camino al párking del estadio de Mestalla tras un partido del Valencia ante el Roma en el que el futbolista de Torrent había marcado el tercer tanto. Alcácer caminaba junto a su madre y su progenitor cuando este cayó fulminado. Miembros del cuerpo médico del club acudieron a ayudar e, incluso, Pablo Hernández regresó corriendo al estadio para coger un desfibrilador.
Afectado por el suceso, el delantero no disputó el siguiente partido de pretemporada del conjunto che. «No tenemos ganas de jugar», reconoció Tino Costa.
Sin embargo, no todos los deportistas tomaron la misma decisión que Alcácer. Es el caso de Cristiano Ronaldo. Antes de que el delantero conociera la muerte de su padre, en septiembre del 2005, la noticia le llegó a Felipe Scolari, seleccionador de Portugal por aquel entonces. Fue precisamente él el encargado de transmitirle lo sucedido al futbolista. «Cuando nos llegó la noticia, antes de un partido contra Rusia, nadie sabía cómo decírselo y nadie quería hacerlo. Dije que me encargaría yo porque sabía lo que era perder a un padre. Al día siguiente, Cristiano disputó un gran partido —de clasificación para el Mundial de Alemania— y volvió a Portugal. Él pidió jugar. ‘No puedo hacer nada por mi padre hoy, así que jugaré mañana y me iré', nos dijo», explicó el entrenador años después en una entrevista al Daily Mail.
Algo similar ocurrió con Antetokounmpo. Su padre falleció repentinamente por un ataque al corazón. El jugador de baloncesto, lejos de empezar la pretemporada alicaído, brilló en la pista: anotó 44 puntos y metió un tapón fundamental para darle la victoria de los Milwaukee Bucks ante los Portland Trail Blazers (113-110). «Nos está viendo desde arriba y está orgulloso de nosotros», afirmó el griego.
Más reciente es el caso de Issiaga Sylla, del Montpellier. En un encuentro de la pasada temporada el defensa rompió a llorar de forma aparentemente inesperada. «No todos los jugadores pueden hacer lo que él ha hecho. Se enteró de la muerte de su madre esta noche y, pese a ello, dio todo para jugar el partido y ayudar al equipo», dijo Kouyaté, uno de sus compañeros.