Adrián Ben sueña a lo grande

X. R. C REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

ALEKSANDRA SZMIGIEL | REUTERS

El atleta de Viveiro afronta su tercera gran final internacional en su mejor momento, con el reto de mejorar el quinto puesto y sin renunciar a nada

26 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En Doha, en el 2019, era un niño de Viveiro que le enseñó la matrícula al mundo para acabar en sexta posición en su primera final en el Mundial; en los Juegos de Tokio fue un paso más allá y terminó quinto; en Eugene, en el 2022, sufrió en carne propia la dureza del 800 quedándose fuera del primer corte y esta tarde (20.30 horas, Teledeporte) quiere seguir creciendo en su tercera gran final. «Sueño a lo grande. Mi idea es mejorar el sexto puesto de Doha y el quinto de los Juegos», comentó el gallego después de su carrerón de semifinales.

Adrián llegó a Budapest como un tiro. Después de su exhibición en el Campeonato de España, una cita de primer orden dado el nivel nacional de los 800 metros, ganó la primera eliminatoria del martes con una solvencia insultante y en la semifinal repitió la estrategia de siempre para trepar hasta la segunda posición y firma marca personal en la distancia: 1.43,92, confirmando que mantiene el pico de forma.

Además, entre la final de Doha y la de esta tarde no solo media una pandemia y un Campeonato de Europa para el de Viveiro, sino un montón de experiencias internacionales que le han curtido en mil batalla. «En Doha era un pupilo en su primera internacionalidad, jugando a ser mayor, y ahora soy más maduro. Nosotros (su equipo) queremos soñar en grande y afronto la final con respeto», admite el gallego, que ya no es un tapado sino un atleta a tener muy en cuenta.

Todos sus rivales saben qué tipo de carrera va a poner en práctica Adrián, pero ninguno es capaz de frenarle. En una final de extraordinario nivel partirá en la calle 9 con el sexto mejor tiempo de los nueve participantes, y lo hará poniéndose a cola de grupo en la primera vuelta, progresando a toque de campana y atacando cuando la última vuelta alcance el momento definitivo.

En este caso, sin nada que perder y sin el cartel de favorito que el mismo entrega a Marco Arop (que presenta la segunda mejor marca tras Wanyonyi), el de Viveiro buscará seguir haciendo historia. A Adrián ya no le dan miedo los registros de los demás.

Él llegaba con la vigesimosegunda y está dentro de los nueve primeros, porque Ben corre como todos y compite mejor que nadie. Sus paisanos, con una pantalla gigante en la localidad, le empujarán hasta el podio.

Tariku: cuando llegar a la línea de salida es lo difícil

Tariku Novales podrá debutar, al fin, en un Mundial en la prueba de maratón. Las lesiones le han dado una tregua al atleta de Ames, una de las perlas de la generación de Bakú de la que también formó parte Adrián Ben y mañana (07.00 horas, Teledeporte) estará en la línea de salida con el único y gran propósito de finalizar. «No maratón é máis difícil chegar á saída que a meta», comentó antes de la cita de Budapest Adrián Ben al ser preguntado por el debut de su compañero de generación.

En el caso de Tariku, la frase se cumple al pie de la letra. Nacido en Jijiga (Etiopía), llegó con seis años a Ames y enseguida comenzó a destacar en el fondo en Galicia, tanto en el cros como en la pista y a sus 25 años ya se ha especializado en maratón, aunque solo lleva tres.

Pero, en los últimos años, las lesiones le han castigado con saña. «Os últimos anos foron complicados porque nos momentos previos a poder competir lesionábame e incluso cheguei a correr mancado», comenta. El problema, los edemas óseos que aparecían cuando el entrenamiento arreciaba. «Teñen que carga que lle metas e o momento na que as metas», precisa.

Por eso el amiense ha aprendido a escuchar a su cuerpo y a regular las cargas, sin hacer sesiones específicas de un maratoniano. «Teño que medirme moito, ir con moita calma, non estou facendo preparacións moi especificas de maratón, senón reducindo a quilometraxe e indo pouco a pouco», apunta mientras señala que desde marzo ha podido entrenar sin molestias.

De un modo paralelo, el gallego decidió volver a su país de origen para hacer entrenamientos en altitud con un grupo de élite. La idea partió de un atleta etíope con el que entabló amistad en un mundial juvenil. Le abrió las puertas y allí preparó el maratón de Valencia de diciembre pasado cuando consiguió la mínima.

Ahora repitió y se pasó dos meses y medio entrenando a 2.800 metros de altitud. «O grupo acolleume moi ben, axudoume moito e eu puiden adaptar o meu adestramento. Todo foi moi controlado, medindo e priorizando o descanso e a recuperación para non pasarse. Creo que dentro desa preparación de maratón recortada e acotada para as miñas necesidades saíron sesións bastantes boas e espero qe se vexa refrendado en competición».

Novales Quinteiro viajó el miércoles a Budapest y sobre un circuito llano de 10 kilómetros al que deberán dar cuatro vueltas, centra el objetivo en acabar. «Pode parecer conformista pero o gran obxectivo é chegar á liña de meta», aseguran ante de ponerse retos menores: «Sacar a relucir todo o traballo e gozar da experiencia». En el caso de que todo fuese sobre ruedas, estar entre los 16 mejores.