Ruth Fuentefría: «Al Mundial júnior voy a ir a matar»

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Abraldes

La carballesa de 18 años viene de ser sexta del mundo en categoría sénior

01 oct 2023 . Actualizado a las 23:34 h.

En el barrio carballés de A Casilla no alcanzan los mil vecinos y, sin embargo, entre sus calles vieron crecer a una de las diez mejores halteras del mundo. Por lo menos en su peso (-45 kilos). Se trata de Ruth Fuentefría, que este mes de noviembre cumplirá los 19 años y que debutó esta semana en la categoría sénior compitiendo en todo un Mundial absoluto, en el que quedó sexta. De allí, de Riad, se trajo una experiencia sin igual —fue sexta en el total olímpico (147kg)— y más ganas, si cabe, para afrontar su gran objetivo, el Mundial júnior, que se disputará en Guadalajara (México) dentro de dos meses. Ya fue varias veces campeona de España, bronce europeo este mismo verano y se colgó la plata mundial sub-17 hace dos años. Pero quiere más.

—¿Por qué la halterofilia?

—No lo sé ni yo. Estudiaba en A Coruña y, con 13 años, apareció por el colegio Ferenc Szabó para ofrecernos varias pruebas. El profesor de Educación Física debió verme buenas maneras que me recomendó ir y Ferenc me dijo que podría valer. Ahí empecé a entrenar con el Club Halterofilia Coruña y después ya vino todo esto. Pero, realmente, fue el primer deporte que practiqué de manera seria.

—No han pasado ni siete años y, desde entonces, ya ha vivido en Madrid y en León.

—Fue algo totalmente inesperado que se me diese tan bien, aunque pronto empecé a ver resultados y eso, claro, anima a más. En el 2020 conseguí una beca del Consejo Superior de Deportes para entrar en un centro de alto rendimiento en Madrid y allí estuve hasta la Semana Santa de este año. Y ahora ya llevo un mes en el Centro de Alto Rendimiento de León.

—¿Cómo es una semana allí?

—Entreno de lunes a sábado y algún domingo que otro, si hiciese falta. Además, estudio un ciclo de Diseño Gráfico. En mi tiempo libre, no hago demasiado. Podría ir a casa, pero el Mundial está a la vuelta de la esquina y no hay tiempo que perder.

—Cualquiera diría que viene de ser sexta del mundo...

—Fue increíble, disfruté como nunca porque yo, normalmente, me meto mucha presión a mí misma. Pero como esto era un Mundial absoluto quise gozar la experiencia y me sorprendió que fuese capaz. Lo pasé muy bien y aún por encima me volví con un sexto puesto que no me esperaba. Fallé, sí, pero lo hice lo mejor que pude y con eso me quedo. Porque además de la diferencia de edades, tuve que bajar de peso y, en -45, bajar un kilo y medio son como cuatro para una persona de 80 kilos. Entonces me afectó bastante y no pude igualar mis mejores marcas —72 en arrancada y 82 en dos tiempos—.

—Se alegra por haber sabido gozarlo, pero ya está metiéndose presión para el Mundial júnior.

—Es que yo lo manejo así, me centro muy pronto en lo que está por venir. Va a ser muy difícil que el Mundial júnior lo disfrute igual porque voy a ir a matar. En este, al final, fui casi sin expectativas, pero a Guadalajara... A por todas. Es mi gran objetivo de esta temporada.

—Como otros muchos, la halterofilia es un deporte en el que las competidoras saben ya cuál es el rendimiento de sus rivales. ¿Cómo se lleva el saber que hay algunas rivales prácticamente imposibles de batir?

—Pues mira, para mí es así de simple: que esta es inalcanzable, pues a por la siguiente. Pero vamos, la verdad es que no pienso mucho en las rivales. Conozco a gente que sí, que saben cómo entrena el resto y eso, pero yo, nada de nada. Si te digo que apenas me doy cuenta de lo que consiguen mis compañeros porque estoy a mi bola entrenando...

—¿Dónde se fija la meta, plantea la posibilidad de estar en unos Juegos Olímpicos o los ve aún demasiado lejos?

—Lo que tengo claro es que voy a intentarlo para Los Ángeles 2028. Pero la clasificación olímpica en halterofilia es tremendamente complicada. A París, por ejemplo, me da que solo va a ir una persona de España. Es un sistema complejo porque yo puedo estar en la categoría de peso corporal de 45 kilos y clasificar en 49, las de 55 pueden meterse en 59... Normalmente las mejores edades en este deporte están entre los 24 y los 28, así que aún me queda mucho que mejorar estos próximos años.

—¿Es la halterofilia un deporte con muchas diferencias entre ellos y ellas?

—Ahora mismo, te diría que ninguna. De hecho, creo que hay más mujeres que hombres, o por lo menos esa es mi percepción por lo que veo en mi club. No sé si fue por el éxito de Lydia Valentín y si es algo más o menos reciente, pero ahora mismo no hay ningún tipo de discriminación.

—La Federación Española la ha convertido en protagonista de sus vídeos para redes sociales.

—No es nada premeditado. Pero cuando estamos en las concentraciones y sacan la cámara muchas veces me pongo en el medio y, por el gran ambiente que tenemos, salen cosas graciosas.

En corto

Estudiante de Diseño Gráfico, Ruth Fuentefría ya ha visitado múltiples países en busca de nuevos pesos que levantar y metas que superar.

—¿De qué viaje guarda mejores recuerdos?

—Tengo que quedarme con Arabia Saudí. Allí fui subcampeona mundial sub-17, en Yeda, y ahora acabo de lograr un sexto puesto absoluto, en Riad.

—Un pasatiempo cuando viaja.

—Normalmente duermo, pero también me gusta ir repasando entrenamientos y ejercicios. O escucho música.

—¿Qué tipo de música prefiere?

—Uf, mi playlist es lo más variada que existe. Tengo flamenco, heavy metal, techno... Para competir también depende del momento, pero la mayoría de las veces me motivo con Without me, de Eminem.

—Un libro.

Búnker, de Tote King.

—Una película.

El Rey León.

—Una serie.

La que se avecina.

—Un ídolo.

—Carolina Marín.

—Una red social.

—Instagram.

—¿Tiene alguna afición relacionada con el deporte más allá de la halterofilia?

—Me gusta ver la gimnasia rítmica. Y para practicar, me quedaría con el atletismo. A lo mejor los cien metros en un futuro... (ríe).

—¿Y una afición que no tenga que ver con el deporte?

—La edición de vídeo y ayudar a mis amigos a cómo subirlos y eso.

—Para informarse, ¿prensa, televisión o radio?

—Para informarse, prensa.