La última bala de Carlos Alcaraz

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GUGLIELMO MANGIAPANE | REUTERS

El tenista, que flojea con tres derrotas seguidas tras un año soberbio, se juega ante Rublev sus bazas en el torneo de maestros en una pista rapidísima

15 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando llegue el lejano día en que Carlos Alcaraz se retire, con la perspectiva que solo concede el paso del tiempo, el año 2023 representará su asalto a lo más alto del tenis: estiró hasta las 36 semanas su permanencia como número 1 del ránking mundial, celebró los títulos de Buenos Aires, Indian Wells, Barcelona, Madrid, Queen’s y Wimbledon, fue subcampeón en Río de Janeiro y Cincinnati y protagonizó algunos partidos que ya forman parte de la historia del tenis, como su derrota en la semifinal de Roland Garros ante Djokovic. Pero esa soberbia temporada se frenó al final del verano. Hoy juega fundido el torneo que reúne a las ocho mejores raquetas del año. Algo en su repertorio se resiente, en un deporte en el que técnica, cabeza y físico van completamente de la mano. Por eso lleva tres derrotas seguidas —frente a rivales menores como Gregoire

Barrere en Shanghái y Roman Safiullin en París-Bercy y ante Alexander Zverev el lunes en el primer cruce de su grupo del torneo de maestros —, algo que no sufría en toda su carrera en citas de la ATP. Por eso juega hoy contra las cuerdas ante Andrey Rublev (14.30 horas, Movistar+). El español y el ruso, que entrenaron juntos en la víspera del inicio de las ATP Finals de Turín, abren esta tarde la jornada en un duelo inédito. Al margen de posibles rocambolescas combinaciones al terminar el día, quedará prácticamente eliminado si no gana.

«El año ha sido muy largo y muy exigente. Tengo que mejorar para llegar a este punto de la temporada en mejores condiciones, sobre todo a nivel mental (...), al estar sometido a una exigencia bastante alta durante tanto tiempo», razonó Alcaraz, de 20 años, tras perder el lunes en tres sets frente a Zverev, doble ganador del torneo que cierra el curso. El español, sin caer en el victimismo, definió la pista de Turín como rapidísima, «la más rápida del año».

Alcaraz compite después de una larga temporada a sus espaldas. No solo por los 77 partidos que cumplirá el viernes, sino por un calendario salpicado por las lesiones desde que se perdió en enero el Open de Australia: sufrió bajas por contratiempos en el músculo semimembranoso de una pierna, una artritis postraumática en una mano, calambres en una pierna....

Al jugador español, chispeante por su juego creativo de dejadas, subidas a la red y tenis variado, también se le ha borrado la sonrisa que lucía en el final de su adolescencia. «A principios de año no estaba ni cerca de ganarle», confesó Zverev después de derrotarle el pasado lunes. «Ahora mismo la sensación es que juega más lento», añade Mevedev.