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Carlos Alcaraz no pudo alcanzar la final del Nitto ATP Finals al ser batido ayer por Novak Djokovic por 6/3 y 6/2 en apenas una hora y media de partido. Un partido que solo fue igualado en los seis primeros juegos, en los que el murciano llegó a tener dos bolas de break en el primer juego y luego un par de 0-30 que el serbio remontó.
En esos juegos, al igual que en el resto del partido, el español sacó muy buenos primeros, lo que le mantuvo en esos momentos iniciales, pero ya se sabe que si no aprovechas las ocasiones frente a Djokovic, es casi imposible ganarle.
Del 3-3 al 6/3 3/1 y bola de 4/1 para el serbio, Carlos estuvo a merced de Novak. Fallón, sin una estrategia definida y sin ninguna variación que preocupase a su rival, Carlos parecía un jugador vulgar, con un nivel muy lejano del que le aupó a comandar la clasificación mundial. Sin embargo, a partir de esa bola cambió radicalmente su forma de jugar, siendo mucho más agresivo, moviéndose extraordinariamente bien y exigiendo la mejor versión que hemos visto de Djokovic en mucho tiempo. Esos tres juegos del 3-1 al 5-2 fueron fantásticos con tantos larguísimos con ambos jugadores al límite de potencia y desplazamiento con un ritmo trepidante que hicieron levantar al público de sus asientos. El último juego ya no tuvo historia con Carlos desanimado y Nole conocedor de que el partido no se le podía escapar.
Se esperaba un partido más reñido, pero Carlos no aprovechó las ocasiones iniciales y a partir de ahí, a pesar de que sacó muy bien, jugó con un ritmo bajo hasta ese momento del segundo set con Djokovic ya con una apreciable ventaja. El murciano estuvo deslavazado, sin dominar los peloteos y sin hacer variaciones, imprescindibles si pretendes vencer a uh jugador tan seguro como Djokovic.
Extraordinario partido del serbio, con una forma física excepcional, y una cierta decepción de Alcaraz, perdido tácticamente, muy quejica ante sus errores, sin la personalidad necesaria para dominar mentalmente a un superdotado como es el serbio. Carlos es muy joven y tiene mucho recorrido por delante, para seguir cogiendo experiencia y seguir progresando, pero tendrá que tener cuidado en no perder las cualidades que ya tenía: alegría, desparpajo, soltura y un buen carácter en cualquier momento del partido. En Turín tanto frente a Zverev como, sobre todo, frente a Djokovic, no tuvo esa frescura habitual en él, pero seguro que la experiencia le servirá para mejorar.