Resulta difícil de entender que un pabellón entero proclame «MVP» a un jugador cuyo registro de valoración se queda en cero, con un porcentaje de acierto en los lanzamientos inferior al 30 %. Más si viste la camiseta del equipo visitante y acaba de arrebatar con suspense una victoria vital para que los de casa se mantengan en la máxima categoría del baloncesto español. El intenso vínculo forjado entre Lugo y Dzanan Musa durante un curso como indiscutible líder del Río Breogán va mucho más allá de lo que pueda pasar en un enfrentamiento contra el poderoso Real Madrid.
«Brate», la palabra bosnia que significa hermano y el histórico dorsal 13 del Breo emplea con una recurrencia casi enfermiza, titula el documental con el que la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) repasó su legado en la ciudad amurallada antes del partido de ayer. No en vano, Musa dejó en Lugo mucho más que un equipo y una afición. «Es muy difícil para mí jugar contra mi familia», admitió en su regreso al Pazo.
Con apenas 24 años, Dzanan ya lo ha vivido prácticamente todo en el baloncesto. Se convirtió en un ídolo de masas a su país al conducir a la selección sub-16 al título europeo, jugó la Euroliga y dio el salto a la NBA. Aunque no tuvo el impacto esperado en sus experiencias en los Brooklyn Nets y el Anadolu Efes, Musa ya lo tenía todo cuando eligió al Breogán «reencontrar el amor por el baloncesto».
En el Pazo brilló desde su debut contra el Lenovo Tenerife, condujo a un recién ascendido a una histórica participación en la Copa del Rey y se convirtió en el máximo anotador, el jugador con más puntos de valoración y el indiscutible MVP de la temporada 2021/22. Por eso y por su carisma único como líder de la nave celeste el breoganismo también hace un poco suyos sus éxitos en el Real Madrid, hasta los días que es rival.