El juez ratifica su decisión de proponer juzgar a Rubiales por el beso a Hermoso tras escuchar a Montse Tomé

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FERNANDO VILLAR | EFE

Tras tomar declaración a la seleccionadora, como le ordenó la Sala de lo Penal, el magistrado mantiene su petición

14 mar 2024 . Actualizado a las 19:45 h.

El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge ha vuelto a proponer juzgar al expresidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales por el beso «no consentido» a la jugadora de la selección española Jennifer Hermoso en la final del Mundial en Sídney. Ha adoptado esta decisión tras haber cumplido con la orden de la Sala de lo Penal de tomar declaración como testigo a la seleccionadora femenina Montse Tomé.

En el auto de pase a procedimiento abreviado, en el que se da por finalizada la instrucción, el magistrado también propone juzgar a Rubiales, junto al director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, al exentrenador de la selección femenina Jorge Vilda y al exresponsable de márketing de la Federación Rubén Rivera por las presiones posteriores a las que se sometió a la jugadora para que accediese a realizar una manifestación pública afirmando que el beso sí había sido consentido.

El titular del Juzgado Central de Instrucción 1 reitera los argumentos expuestos en su auto de pase a procedimiento abreviado del pasado enero en el que consideraba que el beso a la jugadora no había sido consentido sino una «iniciativa unilateral y sorpresiva» de Rubiales. De Jorge da traslado a la Fiscalía y a las acusaciones personadas para que, en el plazo de 10 días, soliciten la apertura de juicio oral formulando escrito de acusación o, en su caso, el sobreseimiento de la causa.

Cabe recordar que el magistrado -por orden de la Sala de lo Penal de la AN- tuvo que tomar declaración como testigo a Tomé para que esta aclarara si la no convocatoria de Hermoso en dos partidos de España tuvo relación con la negativa de la jugadora a firmar un comunicado conjunto con Rubiales para aplacar la polémica surgida a raíz del beso.

La seleccionadora compareció el pasado 2 de febrero ante el juez y aseguró que no convocó a Hermoso por razones estrictamente deportivas dado que había jugado pocos partidos de pretemporada, y porque la presión mediática podía influir en su rendimiento en el terreno de juego. Ahora, tal y como ya hiciera el pasado enero, el juez ratifica su decisión de proponer que se juzgue a Rubiales y defiende en su auto que existió «una acción concertada» por parte de Luque, Vilda y Rivera con el expresidente de la RFEF «para doblegar la voluntad de Hermoso y conseguir que accediera a grabar un vídeo en el que dijese que el beso había sido consentido».

En aquella ocasión, en lo relativo al beso, el magistrado aseguró que «la finalidad erótica o no o el estado de euforia y agitación experimentado como consecuencia del extraordinario triunfo deportivo» logrado con la consecución del Mundial de fútbol eran «elementos cuya concurrencia y consecuencias jurídicas deberán valorarse en el juicio oral y público ante el órgano encargado del enjuiciamiento». Según explicó, «el beso en los labios afecta a la esfera de la intimidad reservada a las relaciones sexuales, en particular en el contexto de dos personas adultas».

Sin concretar los delitos

Cabe recordar que el instructor investigaba a Rubiales por los delitos de agresión sexual y coacciones. Sin embargo, en su escrito el magistrado no propone juzgarles por ninguno de esos delitos asegurando que «no es preciso que el instructor haga una calificación detallada, ni que se precise los concretos tipos penales».

A juicio del magistrado, «el auto fija de manera general unos hechos lo bastante amplios para dar un margen flexible a las acusaciones» para que sean ellas las que, en sus respectivos escritos de acusación, concreten los delitos por los que deben ser juzgados.

En su primer auto de paso a procedimiento abreviado, el juez hizo un relato de los hechos ocurridos el 20 de agosto de 2023 en Sídney, con ocasión de la entrega de medallas a las jugadoras de la selección española.

En ese momento Hermoso recibía el saludo protocolario y la felicitación del entonces presidente de la RFEF, quien sujetó la cabeza de la jugadora con ambas manos, a la altura de los oídos, «y de manera sorpresiva e inesperada propinó un beso en los labios de la jugadora, que no se apercibió de la intención del querellado de besarla en los labios ni dio su consentimiento para ello».

El magistrado afirmó que Hermoso, desconcertada y sorprendida por el inesperado beso en los labios, no tuvo tiempo de reaccionar. La jugadora, en un primer momento, trató de restarle importancia y continuar celebrando el histórico triunfo de la Selección.

De la euforia al malestar

«No obstante, conforme iban pasando las horas, la euforia del triunfo fue dando paso al malestar y al sentimiento de haber sido ofendida por la acción relatada, malestar que fue en aumento ante las presiones de Rubiales y de su círculo próximo para que públicamente manifestase que el beso había sido consentido», añadió.

En este contexto, el magistrado continuó señalando que en «el vuelo de regreso a España, Rubiales trató de conseguir que Hermoso accediese a hacer una manifestación pública con él para decir que el beso había sido consentido, a lo que la jugadora se negó, expresando su malestar».

Tras pedir consejo a su equipo técnico, Rubiales habría pedido al entonces seleccionador femenino, Jorge Vilda, que hablase con el hermano de la futbolista para convencerla de que participase en la realización de un vídeo con el contenido pretendido.

«A continuación, Vilda buscó en el avión al hermano y, en el curso de la conversación, le advirtió de que si su hermana no accedía a participar en el vídeo, su negativa tendría consecuencias negativas para ella y experimentaría perjuicios en su carrera profesional como futbolista», apuntó el juez.

Presiones para exculpar a Rubiales

Una vez ya en España, y por encargo de Rubiales, Rubén Rivera, responsable de márketing de la Federación y encargado de la logística del viaje de la selección a Ibiza, pidió a Hermoso, de manera reiterada y persistente que hablase por teléfono con el responsable de integridad de la entidad.

Rivera, siempre según el relato del juez, le insistió en que debía participar en el vídeo exculpando a Rubiales. La deportista, sin embargo, le comunicó que no deseaba hablar de este tema.

«A pesar de la clara negativa de Hermoso, con expresión de su hartazgo, Rivera, le insistió de manera reiterada para que hablase con Luque, también con la intención de insistirle para que participara en el vídeo», señaló el magistrado. Fue entonces cuando Hermoso contestó por WhatsApp a Luque, nuevamente rechazando hablar con él.

Tras la negativa, Rivera insistió de nuevo a través de una amiga de Hermoso para que la convenciera de que tenía que hablar con Luque. Ante el no de la jugadora, Luque se personó en el hotel intentando forzar a Hermoso a hablar con él para convencerla de participar en el vídeo. Insistió por medio de WhatsApp a la jugadora y también de forma personal a la amiga de Jennifer para que hablase con él.

Tras sus infructuosos intentos, Luque envió un mensaje de WhatsApp a la amiga de Hermoso, insistiendo en su petición de ayuda para justificar la conducta de Rubiales. En ese mensaje expresaba su enfado, «acusándola de mala persona, deseándole que se encuentre muy sola en la vida y anunciándole que se alegrará de que eso suceda».

El magistrado recalcó, además, que «las presiones a las que se sometió a la jugadora crearon en Hermoso una situación de ansiedad e intenso estrés».