El Leyma gana al Valladolid y mantiene la velocidad de crucero hacia la ACB (80-66)

DEPORTES

Se impuso con oficio a un rival que apenas le aguantó un cuarto y medio

14 abr 2024 . Actualizado a las 20:23 h.

Hace ya tiempo que el Leyma le ha cogido la aguja de marear a esta LEB Oro, no cabe la menor duda. Cada partido no es más que la certificación de una realidad. La ACB está a tiro de piedra y, salvo contratiempo máximo en el camino, todo apunta a que el ascenso del equipo coruñés podría celebrarse en la penúltima jornada, en la que Riazor acogerá el Leyma-Castelló (domingo 5 de mayo, a las 18.00 horas, LaLiga+), o incluso en la cita precedente, en la cancha del Oviedo (sábado 27 de abril a las 17.00 horas, LaLiga+).

Y el que diga que estos pensamientos suponen situar al carro delante de los bueyes, ciertamente no ha comprobado el caudal de ilusión que transmite este equipo desde el salto inicial. El Leyma es una máquina perfectamente engrasada, que imprime un ritmo demoledor a los partidos. Su gran arma es que lo hace sin estridencias, como aquel Miguel Indurain que, sin apenas necesidad de levantarse del sillín, fundía a sus rivales en cada subida a los puertos de montaña.

El Leyma inició de ese modo el choque contra el Valladolid, en el que Barrueta martilleaba una y otra vez al equipo pucelano, que solo encontraba consuelo en la figura de Kovacevic, de los pocos destacados en unas filas en las que se luchaba por no acabar en valoraciones negativas.

Siguió a lo suyo el cuadro naranja, corriendo a la pista y sumando efectivos como Jakovics. El marcador se resintió, no podía ser de otro modo, pero lo hizo favorablemente a los intereses locales. El primer cuarto terminó con ambos equipos en dinámicas opuestas. Si a falta de 2.50 un 12-11 no reflejaba lo que sucedía en la cancha, el 20-13 final, con la guinda del tapón de Diagne, dejaba claras muchas cosas.

Arrancó el segundo con un Valladolid dispuesto a embarrar el duelo. Lo consiguió en cierto modo, ya que el encuentro se trabó y se ralentizaron las anotaciones, lo que perjudicaba las aspiraciones del Leyma. El 25-23 en el filo del ecuador de esta segunda entrega no suponía una situación especialmente cómoda para el modo en el que juega ahora el equipo entrenado por Diego Epifanio.

Pero ese mismo grupo ha demostrado esta temporada (uno de los ejemplos más contundentes es, además, el más reciente, la espectacular remontada contra el Tizona) una fortaleza anímica a prueba de todo. Por eso, de nuevo con Barrueta desatado tras un toque de atención grupal de Epi en un tiempo muerto y, aunque a tirones, el Leyma demarró y comenzó a poner tierra de por medio.

Tras haberlo tenido tan cerca, de mismo modo que le ha sucedido a tantos rivales naranjas esta temporada, el Valladolid encajó mal el arreón del Leyma, lo que aprovechó el cuadro coruñés para zanjar el partido a falta de dos minutos para el descanso. En ambos cuartos dio la impresión de que el cuadro de Epi maneja a su antojo el tempo de los enfrentamientos.

Sea como fuere, el descanso fue, exactamente eso, un alivio para los coruñeses y un tiempo de reflexión para los vallisoletanos. Nwogbo se había desgastado en una lucha contra los elementos.

Tras el receso, otra de las claves del éxito de esta temporada: la participación coral, para evitar la resurrección del rival. Y es entonces cuando entran en acción los Jakovics (memorable actuación la suya en el apartado de asistencias), Huskic, Lundqvist y Diagne. Este fue el contexto en el que el Leyma ató definitivamente la cita contra el Valladolid.

El último cuarto, a pesar de ser un trámite, sirvió para continuar perfeccionando el oficio de ganar, pero tuvo un elevado coste en forma de lesión de tobillo de Diagne, que tendrá que volver a encarar un proceso de recuperación en una fase decisiva de la temporada.

FICHA DEL PARTIDO

LEYMA (80): Aris Petersen (4), Huskic (4), Lundqvist (10), Barrueta (12), Galán (7) -equipo inicial-, Jakovics (4), Diagne (10), Pablo Hernández (8), Aleix Font (7), McDonnell (2), Álex Hernández (2) y Burjanadze (10).

VALLADOLID (66): Zigmantavicius (0), Kovacevic (14), De la Fuente (2), Nwobo (16), Dzabatou (7) -equipo inicial-, Lambas (0), García-Abril (7), Puidet (1), N’Guessan (15), Kasonga (4) y Manzanares (0).

PARCIALES: 20-13, 17-11, 26-19 y 17-23.

ÁRBITROS: López Herrada, Quintas Álvarez y Adan Rodríguez.

INCIDENCIAS: Partido de la jornada 30 de la fase regular de la LEB Oro disputado en el Palacio de los Deportes de Riazor, ante 3.815 espectadores.