Caridad García, la portera del Burela que marcó en su regreso: «Dije a mis compañeras que carguen las pilas bien, yo vengo con ellas a tope»

Caridad García Díaz (Sanlúcar de Barrameda, Cádiz, 1999) fue la gran protagonista en el cierre de la fase regular de Primera Iberdrola. Dos meses después de una artroscopia en el menisco, reapareció con el Burela Pescados Rubén en la segunda parte de la visita del Viaxes Amarelle para disipar las últimas esperanzas de permanencia coruñesas con sus paradas y un gol desde su portería, y confirmar que está lista para afrontar desde este sábado el play off por la Liga.

—¿Tenía ganas de regresar?

—Fueron dos meses fuera, me perdí la fase final de la Copa de la Reina y siete jornadas de Liga. Tenía muchas ganas de volver, volver a disfrutar y volver a aportar al equipo.

—¿Cómo se sintió?

—Muy bien. Siempre que vuelves de una lesión, aunque te den el alta y te encuentres bien, un partido es muy diferente a lo que hacemos diariamente, pero no tuve ninguna molestia. Salí bastante contenta.

—También con su nivel, supongo.

—Tuve buenas sensaciones, realicé paradas importantes que evitaron el empate o incluso que remontasen y, a pesar de que no soy mucho de marcar ni tirar a puerta, tuve la suerte de meter un gol cuando atacaban con portero-jugador. Diría que fue una vuelta redonda para acabar una Liga regular creo que bastante buena, a nivel general, y coger fuerzas para la parte más bonita de la temporada.

—Es habitual que vayan por delante en el marcador y el rival les ataque de cinco. ¿Es más fácil meter goles para una portera en el Burela?

—Cuando empecé a jugar alguno marcaba porque en categorías de base, cuando los rivales son un poco más pequeños, intentaba tirar por arriba y alguno entraba. En este nivel es mucho más complicado. Justo bromeaba antes del partido con alguna compañera porque ya había hecho mi cupo, últimamente marcaba uno por temporada. Luego me decían que voy a por el pichichi (ríe).

—¿Qué siente una portera al marcar gol?

—Es una situación rara. Mis compañeras están acostumbradas a marcar goles y celebrarlos, pero yo me quedo en plan: «¿Y ahora qué hago?». No sé si salir corriendo, quedarme en la portería... Es una sensación diferente, que no estoy acostumbrada a vivir, pero, de vez en cuando, sienta muy bien.

—Durante su ausencia, el Burela cayó en los cuartos de la Copa y perdió dos partidos de una Liga en la que estaba invicto. ¿Cómo lo vivió desde fuera?

—La lesión llegó en un momento bastante inoportuno para mí y para el equipo. A partir de enero es cuando empieza a jugarse todo. Trabajamos diez meses para afrontar estas fases finales y luchar por títulos. Cuando me dijeron que tenía que pasar por el quirófano fue un palo enorme, tenía muchas ganas de ayudar a mis compañeras a luchar por la Copa. Sentí mucha rabia, pero los médicos y el staff me dijeron que no podía esperar ni forzar. Fue lo mejor para mí y para el grupo, pero sentí impotencia al ver desde fuera que las cosas no estaban saliendo cómo nos gustaría. Traté de aportar en lo posible desde fuera, pero no es lo mismo que estar en el campo.

—Tendrá mucha rabia acumulada para dar su mejor versión en el play off...

—Ya avisé a mis compañeras de que carguen bien las pilas, porque yo vengo con ellas a tope y quiero acabar la temporada disfrutando. Creo que todas nos merecemos acabar el año bien, hicimos una Liga regular bastante positiva y solo contemplo la opción de acabar celebrando otro título en Vista Alegre.

—¿Ve al equipo preparado para la fase final?

—Llegamos en una dinámica quizá no tan positiva para lo que estamos acostumbradas, pero hemos demostrado muchísimas veces que estamos aquí para jugar al fútbol sala, disfrutar nosotras y hacer disfrutar al espectador. Vamos a darlo todo para ganar el play off y vamos a sacar lo mejor de nosotras y nuestro mejor juego.

El sábado inician la semifinal ante el Poio: «¿Ánimo de revancha? Algo sí»

Vista Alegre se prepara para comenzar el asalto a la sexta Liga burelista. La semifinal comienza este sábado ante el Poio Pescamar (18 horas).

—Tras las salidas de varias jugadoras y perder la Champions, Copa de la Reina y la Copa Galicia, ¿hay dudas en el grupo?

—Quizás el problema es que aquí estamos acostumbrados a ganar siempre. Fue un año en el que se marchó gente que estuvo aquí muchísimos años, que aportó muchísimo al grupo. Tuvimos que reponernos a eso, pero no es ninguna excusa, creo que el equipo ha seguido dando la cara. Es cierto que a nivel de títulos no se ha visto tan reflejado nuestro trabajo, pero eso no tiene que alarmar a nadie, es algo que entra dentro de la lógica y no todo está vendido todavía.

—¿Hay ánimo de revancha contra el Poio?

—Algo sí. Hemos jugado muchos partidos importantes contra ellas, nos eliminaron en la fase previa de la Copa Galicia y es un rival directo. Van a venir a darlo todo, a hacerse hueco en la final y nosotras tenemos que hacer lo mismo. Van a ser unos partidos muy interesantes, bonitos y disputados.

—Jugó tres años allí, ¿qué espera de las pontevedresas?

—Espero eso, una semifinal bonita y disputada, en la que resalte el buen fútbol sala, el buen ambiente y el respeto. Creo que somos dos grandes equipos. Poio está haciendo un gran trabajo y este año estuvo en la disputa de todos los títulos. Es un rival que sabe aprovechar sus oportunidades y peligroso al contragolpe. Tienen jugadoras que despuntan mucho como Rocío, Laura y Ale de Paz, y no van a permitirnos cometer errores. Nos conocemos mucho. Yo estuve allí, algunas de ellas pasaron años aquí... Y eso también influye mucho, pero nosotras vamos a salir a por todas, a imponer nuestro fútbol sala y meternos en la final.

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