Duelo en las cumbres del Tour de Francia

Jon Rivas COLPISA

DEPORTES

Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar, principales favoritos para el Tour de Francia
Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar, principales favoritos para el Tour de Francia EFE

Jonas Vingegaard y Tadej Pogacar se citan en Florencia, en la salida de la competición francesa, que acaba lejos de París y con una contrarreloj

28 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

A las 16.42 horas del 23 de julio de 1989, en la carpa que la organización del Tour habilitó como sala de prensa de la última etapa en los jardines de los Campos Elíseos, al otro lado del Grand Palais, cesó el martilleo de los teclados de las máquinas de escribir durante un instante; se acallaron las voces de los periodistas y se produjo un silencio expectante.

Nada de lo que los cientos de periodistas habían escrito servía ya. Greg Lemond le había arrebatado el Tour a Laurent Fignon por ocho segundos, algo impensable unas horas antes, con un ciclista francés confiado, que partió a las 16.14 con 50 segundos de ventaja para recorrer los 24,5 kilómetros de distancia entre Versalles y París en la contrarreloj que cerraba el Tour de Francia.

Desde entonces, nunca más se llevó a cabo ese mismo experimento. Las etapas finales se convirtieron en un pasillo de honor al ganador, tardes de fotos y champán. Pero han pasado ya 35 años y los organizadores han decidido que es el momento de repetir, de brindar una emoción nueva a los aficionados justo el año en que, por primera vez desde su creación en 1903, el Tour no finalizará en París.

La carrera termina en Niza, uno de los escenarios históricos de la prueba, donde ha recalado 34 veces, y será en una contrarreloj de 34 kilómetros que sale de Mónaco y asciende dos cotas por la sinuosa carretera que une las dos ciudades de la Costa Azul.

Puede que, para entonces, el Tour ya esté resuelto, o puede que no, porque después del anuncio de Jonas Vingegaard, el ganador de las dos últimas ediciones, todo puede pasar entre él y quien será su gran rival, el enorme Tadej Pogacar, quien no puso ninguna excusa el año pasado cuando llegó al Tour recién repuesto de una fractura de muñeca, y espera que su rival tampoco lo haga a pesar de las secuelas de la brutal caída que sufrió en la cuarta etapa de la Vuelta al País Vasco, el 4 de abril pasado.

Vingegaard comparece con todas las consecuencias, así que los aficionados se relamen soñando con un duelo abierto hasta el final en el Paseo de los Ingleses de Niza, el último día de la carrera que se inaugura mañana en Florencia, lo que también es una novedad, porque a pesar de que el Tour ha partido 25 veces desde fuera de Francia y ha circulado bastantes veces por Italia, es la primera vez que comienza allí.

Pirineos, el 13 de julio

El Tour gira esta vez en el sentido de las agujas del reloj y tiene ración doble de Alpes, porque los habrá al principio y al final, además de los habituales Pirineos. Después de las montañas iniciales que suelen tener el efecto benéfico de separar el grano de la paja, el siguiente test llegará en la séptima etapa entre Nuits-Saint-Georges y Grevrey-Chambertin, una contrarreloj llana de 25,3 kilómetros. Al día siguiente el Tour dictara su habitual dosis de historia con la llegada a Colombey-Les-Deux-Eglises.

Pero no habrá lugar para sentimentalismos un día más tarde, en la novena etapa con salida y llegada en Troyes, con cuatro puertos incrustados en los 14 tramos de tierra entre los viñedos de la región de Champagne, que se pueden convertir en una trampa para incautos. Los equipos de los favoritos desplegarán todos sus recursos para que eso no suceda, pero cualquier despiste puede convertirse en una catástrofe.

Los Pirineos llegan el 13 de julio, con la etapa entre Pau y Pla d'Adet, con la ascensión al primer puerto fuera de categoría, el mítico Tourmalet, a 2.115 metros de altitud, desde Luz-Saint-Sauveur, para descender hasta Sainte-Marie-de-Campan y ascender después la Horquette d'Ancizan, 8,2 kilómetros al 5,1 % de pendiente.

La jornada del domingo 14 de julio, la fiesta nacional francesa, será una de las más agotadoras del Tour, porque se recorrerán 197 kilómetros desde Loundevielle hasta Plateau de Beille, con cuatro puertos de primera categoría, para acabar con uno fuera de categoría y una agotadora ascensión de 15,8 kilómetros al 7,9 % de desnivel.

Niza y el Col de la Couillole

La última semana del Tour comienza a orillas del Ródano, con jornadas en las que resaltan localizaciones significativas, como el lugar de comienzo de la 17.ª etapa, Saint-Paul-Trois-Châteaux, Será un día duro con 177,8 kilómetros.

El sábado, víspera de la contrarreloj final, no habrá descanso para nadie, y menos para los aspirantes al trono, porque entre Niza y el Col de la Couillole, en otra etapa muy corta, de 132,8 kilómetros, se agolpan cuatro cotas puntuables, tres de ellas de primera categoría.

Y luego, claro, la traca final de la última contrarreloj, con los cuerpos machacados después de superar 53.230 metros de desnivel, el recorrido por los Apeninos, los Alpes italianos, los franceses, el Macizo Central y los Pirineos, la visita a cuatro países -Italia, San Marino, Mónaco y Francia- 32 kilómetros de tierra y 59 kilómetros contrarreloj. En total, 3.498 kilómetros que pueden decidir el ganador de la carrera en pocos días o, tal vez, esperar al final, como ocurrió en el año 1989 entre Lemond y Fignon.