
La nueva estrella del Madrid generó problemas a la selección española en el inicio de la semifinal, pero vuelve a fracasar en otro asalto a un trono europeo
10 jul 2024 . Actualizado a las 10:41 h.Cuentan que el deseo de conquistar Europa fue el principal móvil de Kyilian Mbappé para venderse al Real Madrid, pero en su segundo asalto a la Eurocopa con la selección francesa volvió a lamentar el doloroso sabor de la derrota que tantas veces probó con el PSG en la Champions League. En plena madurez a los 25 años, y cuando estrenaba el brazalete de capitán de Les Bleus en un gran torneo, el delantero parisino fue más noticia por su activismo contra la extrema derecha que por su rendimiento en el campo. Tras cinco partidos en Alemania se marcha con un único gol en su haber, y de penalti.
Su presentación en el campeonato fue esperanzadora. Desequilibró el partido contra Austria con el desborde en la banda derecha que provocó el tanto en propia puerta de Wöber, pero terminó renqueante tras llevarse un golpe en la cara contra el hombro de Kevin Danso. Se fracturó la nariz, se perdió el siguiente duelo contra los Países Bajos y se especuló con que pasase por el quirófano, pero finalmente siguió en liza usando una máscara.
Con esa protección, Mbappé nunca se sintió cómodo. También víctima de los rácanos planteamientos de su entrenador, Didier Deschamps, la aportación goleadora de un hombre que casi siempre partió de la banda izquierda se redujo a una diana desde los 11 metros en el empate 1-1 contra Polonia, todavía en la primera fase. Su selección se plantó en las semifinales con solo tres goles a favor —dos de ellos en propia puerta—, abrazada a su poderío defensivo.
El nuevo atacante del Real Madrid se quitó la máscara para enfrentarse a España y fue el hombre más desequilibrante en un prometedor arranque del combinado galo. Mbappé desafió muy pronto a Jesús Navas, en una carrera habilitada por Kolo Muani, y a los ocho minutos sirvió el tanto en bandeja a su excompañero en el París Sait-Germain. Recibió en la banda izquierda y puso un centro suave y preciso que solo hizo falta empujar en el área pequeña. Poco después el parisino también finalizó una buena transición de los suyos, aunque Nacho cortó su peligroso chut raso.
Los goles de Lamine Yamal y Dani Olmo en apenas cinco minutos desactivaron al conjunto francés, y también a su estrella. España tomó el mando del encuentro y encaró su pase a la final sin conceder apenas oportunidades a su rival. En la mejor, Barcola se marchó de dos y habilitó a Mbappé, que se fue de Vivian, pero mandó fuera el derechazo que podría haber cambiado su suerte en Europa.