Carolina Marín arranca su reto de revalidar el oro tras perderse los Juegos de Tokio

LAURA MARTA PARÍS / COLPISA

DEPORTES

AFP7 vía Europa Press | EUROPAPRESS

Debuta hoy contra la suiza Jenjira Stadelmann en el Arena Porte de Chapelle

28 jul 2024 . Actualizado a las 09:42 h.

Oyó un clac y supo que no podría ir a Tokio 2020. Al día siguiente, confirmada la rotura en el ligamento cruzado y los meniscos de la rodilla izquierda, apenas dos años después de haberse roto el cruzado de la derecha, Carolina Marín (Huelva, 31 años) trazó un plan: superar el duelo, caminar, regresar a la pista, mejorar física y mentalmente, afianzar fortalezas, desarrollar otras más y llegar a París 2024.

Ya está aquí, con todas las destrezas adquiridas desde los obstáculos y la energía acumulada tras unos Juegos vistos por televisión. «La segunda lesión me costó más. Te cambia la vida por completo. Pero ya no quiero hablar de lesiones. La rodilla no me ha dado ningún problema. Estoy llenando la hucha de cosas positivas. Estoy segura de que voy a llegar al cien por cien y en el mejor estado de mi carrera deportiva», se limpia Marín ya disfrutando de la Villa parisina.

Debuta hoy contra la suiza Jenjira Stadelmann (19.30 horas, RTVE y Eurosport) en un pabellón que ya se ha estudiado con minuciosidad. Porque para Marín, los detalles son la clave para impulsarse hacia el oro, el único objetivo que le entra en la cabeza. Pisó el Arena Porte de Chapelle en marzo, porque aquí, en este mismo pabellón, se jugó el Open de Francia entonces. No fue un buen torneo, apeada en la primera ronda, pero se llevó unos cuantos apuntes para la cita de verdad de esta semana.

«El pabellón me encantó»

«A pesar de la derrota, las sensaciones de juego fueron muy buenas y el pabellón me encantó. Es muy muy grande. Sé las condiciones que me voy a encontrar aunque haya cambiado la decoración por la de los Juegos Olímpicos», decía la onubense a La Voz. Entre las condiciones que se trajo de aquella ocasión, un plano de todos los elementos que habrá más allá de las líneas de su pista y la red: gradas, luces, espectadores, salida de jugadores. Como los gimnastas, también Marín tienen que recrear el momento de los partidos y adquirir como suyo un ambiente que a veces, si no se conoce, puede aturdir o despistar. Y eso es lo que en ningún caso quiere sufrir la onubense.