Julia Benedetti, 19 años, en sus segundos Juegos en skate: aceitunas para la tensión y pendientes como amuleto

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Estudiante de Ingeniería Matemática, la deportista coruñesa disfruta en París, adonde irán una veintena de familiares, sin los problemas del Tokio del coronavirus
03 ago 2024 . Actualizado a las 23:22 h.Julia Benedetti (A Coruña, 2004) ya está lista para volar en la plaza de la Concordia. Es tan buena sobre el patín, que los Juegos de Tokio, para los que encarriló su clasificación con solo 14 años y los terminó disputando por el aplazamiento con 16, que aquello hasta le llegó hasta demasiado pronto. En un Japón en alerta por el coronavirus y como la más joven de todo el equipo español. Ahora ya disfruta de la experiencia olímpica completa, instalada en la villa, sin miedo a que un test positivo arruine todo, sin tanta gente encima pendiente. Estudiante de Ingeniería Matemática en Madrid, con 19 años enfoca el martes sus segundos Juegos con una filosofía muy sana: «Molaría hacerlo bien e intentar llegar a la final, estar entre las ocho primeras, ganar el diploma. Eso sería tremendo, pero, si no lo consigo, sé que no se acaba el mundo, que no hay que darle mayor importancia. Esto es un hobby para mí».
Benedetti estará arropada por unos veinte familiares —padres, hermanos, primos, tíos...— en el estadio efímero levantado en la plaza de la Concordia para los deportes más urbanos y frescos de los Juegos, el skate, el ciclismo BMX, el baloncesto 3x3 y el break dance.
Y, con el deseo de poder ver la final de tenis de Carlitos Alcaraz, solo le preocupa un detalle, las altas temperaturas, que durante estos Juegos pasan de los 30 grados con frecuencia. «Soy una persona con la tensión baja, y con el calor me baja más. Durante el Campeonato del Mundo en Roma, el año pasado, me dio un golpe de calor y no pude participar.
Y en otra competición en Budapest me mareé un día al salir de patinar», explica sobre un contratiempo añadido al de las lesiones que ha sufrido en su corta carrera: «Me he roto el brazo, el codo y la muñeca, y tuve un esguince en la rodilla».
Para el calor y la tensión baja, su familia le da consejos y trucos que le aportan tranquilidad. «Mi madre me dice que coma aceitunas, que suben la tensión. Y nos ponemos hielo o una toalla bien fría en la nuca. Y cuando hace mucho calor llevamos un chaleco de frío, que te refresca en el momento. También bebemos mucha agua y tomamos bebidas isotónicas con sales», repasa.
Para competir con seguridad también lleva estos días su amuleto, una goma del pelo que le regaló su madre, María. «Me da suerte, o eso creo yo», comenta divertida. «Y llevo estos pendientes de aros. Necesito llevarlos. Pienso que así me protegen de las lesiones», explica con la risa ingenua de la adolescente que es.
Benedetti, becada en la residencia Joaquín Blume de Madrid, donde puede compatibilizar sus estudios con el deporte con todas las facilidades, aprendió en Japón, en una jornada en la que le atenazó la tensión y falló «en las tres rondas», que conviene trazar una estrategia «más conservadora» en la primera serie, para intentar ir eliminando rivales: «A Tokio fui muy nerviosa, ahora estoy más emocionada con todo que nerviosa». La clasificación para estos segundos Juegos, hace un par de meses, le quitó una responsabilidad de encima. «Toda mi familia había cogido las entradas y reservado el apartamento. Así que como no me clasificase... Prefería no hablar de eso con ellos para no añadirme esa presión», recuerda Benedetti.
Además, la coruñesa se siente mejor patinadora que en Tokio, hace tres temporadas. «Yo empecé a patinar con 11 años y fui a las Olimpiadas con 16. Tampoco llevaba practicando este deporte tanto tiempo. Así que ahora creo que soy mejor, aunque por supuesto puedo seguir progresando. En el skate siempre puedes mejorar muchísimo. Me quedan por aprender cien mil trucos», matiza con humildad.