Así es la joya de la corona del piragüismo español: tecnología de la fórmula 1 en el kayak

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO PARÍS

DEPORTES

Salvador Sas | EFE

El K4 500 de Arévalo y Germade libera dos kilos al usar el cubrimiento de epoxi de los bólidos, en una lucha por el oro que se juega en centésimas

06 ago 2024 . Actualizado a las 11:00 h.

El gallego Álvaro Fernández Fuiza, ayudante del entrenador del equipo español de kayak, el Abuelo Miguel García, repasaba ayer junto al almacén de España en la pista de piragüismo de Vaires-sur-Marne, al este de París, los últimos detalles de las embarcaciones. Lucen esta vez completamente negras, pero la elegancia es la anécdota en un penúltimo ajuste pensado por los entrenadores para ganarle tiempo al tiempo, en colaboración con el ingeniero informático David Calvente. El desafío en el caso del K4 500 masculino, una embarcación de 30 kilos de peso mínimo, puede marcar diferencias, en una distancia igualadísima en la que el color de los metales se dirime por centésimas después de un minuto y 20 segundos de lucha titánica sobre el agua.

Este martes se pone en marcha ese K4 500 que ya hizo historia con la plata de Tokio 2020, la primera medalla en la prueba reina para España desde los Juegos de Montreal 1976. Lo impulsan cuatro campeones mundiales en diferentes barcos y distancias: el betanceiro Carlos Arévalo, el cangués Rodrigo Germade, el catalán Saúl Craviotto y el mallorquín Marcus Cooper. Vigentes subcampeones olímpicos. Su piragua negra se desliza ahora recubierta de la resina epoxi, utilizada en los bólidos de fórmula 1, en lugar del tradicional gel coat blanco. El diseño a medida lo vuelve a firmar el fabricante portugués Nelo.

El K4 lo fueron amoldando a su gusto. Con un asiento especial para Germade, con reposapiés ajustados a la altura de cada uno de los palistas, en la posición óptima, en un juego en el que cobra valor la biomecánica, para que el barco vuele. Por eso, respecto al K4 estándar, además de los dos kilos menos con el recubrimiento nuevo, hay más cambios. «Saúl es el más pesado y va en la proa, así que hay que modificar el reparto de pesos del baro, desplazarlo algo atrás, para que la piragua se deslice bien», explica Miguel García, en permanente contacto con Calvente, el consultor tecnológico del equipo y titulado también en piragüismo.

El ajuste de material implica que ahora palean con dos kilos menos encima. Sin perder nada a cambio. Un matiz interesante para un barco que lleva encima a cuatro Hércules haciendo remolinos con sus palas: Craviotto pesa 98 kilos; Arévalo, 87; Cooper, 89; y Germade, 87. En las últimas temporadas, los títulos se ganaron por centésimas.

Con 11 participantes en los Juegos, el K4 500 se pone en marcha hoy en las series (9.30, TVE). En un formato largo y complejo para solo 11 barcos. Los dos primeros de cada una de las mangas se ahorran la regata de cuartos y pasan directamente a la semifinal del próximo jueves. El resto, siete kayaks, disputan esa manga única de repesca de cuartos (13.10, TVE), en la que se clasifican seis embarcaciones más. Es decir, toda una jornada para eliminar a un equipo. Ya el sábado, se celebran dos semifinales de cinco botes, y los cuatro mejores de cada una de ellas pasan a la regata por las medallas. Alemania (en la misma serie) vuelve a elevarse como principal rival, pero la pelea ahora se abre más.

Los dos gallegos, también juntos en el K2 500

Germade y Arévalo también abren su papel en el K2 500, con 20 barcos. De las cuatro series (11.30, TVE), pasan los dos mejores de cada una directos a la semifinal del sábado. Los otros 12 se reparten en dos cuartos hoy (14.30, TVE) y avanzan los cuatro mejores de cada una. El viernes hoy dos semifinales de ocho barcos y los cuatro mejores de cada una acceden a la regata por las medallas.