Vinicius, conviene reflexionar

DEPORTES

Juan Herrero | EFE

16 sep 2024 . Actualizado a las 00:40 h.

Vivimos tiempos en los que la pasión y la desazón pueden más que la razón, los impulsos están por delante de la reflexión, resuenan más los mensajes estridentes y huecos que los discursos fundamentados. Si el asunto de debate es el racismo en el deporte y el ponente Vinicius, cabe el riesgo de que se acaben mezclando churras con merinas.

Perdón por adelantado, porque el paralelismo no es el más adecuado. Pero me viene a la mente una anécdota radiofónica de hace muchos años, cuando le dieron paso al periodista porque la afición quería agredir al árbitro y empezó diciendo algo así como que «la verdad es que merecer las merecía...». Inaceptable. Pero el madridista debería pararse a pensar que hay aficionados que pueden ser estúpidos pero no racistas, o las dos cosas. Que en su equipo hay compañeros como Rudiger, Rodrigo, Alaba, Tchouameni o Camavinga que no atraen las iras de la afición rival. Que generalizar siempre comporta riesgos e injusticias. Y, por supuesto, cualquiera que sea el contexto, no tiene por qué aguantar insultos ni desconsideraciones. Ahí la razón siempre va a estar de su parte.

Las que siguen son reflexiones de deportistas en un reportaje del 2004. Pertenecían a clubes gallegos, uno de nacionalidad china y los otros cuatro de piel negra. Los cinco coincidían en que percibían más ganas de fastidiar que de despreciar en episodios aislados. Adilson, que era entrenador del Vigo Fútbol Sala, decía: «Lo que hay es más clasismo que racismo. Si eres negro y tienes mucha pasta, eres más blanco que la cal». No vale para Vinicius, pero fuera de las canchas tiene su miga. También apuntaba que «puede haber negros racistas, cuando ellos son mayoría». Lorenzo Envo, jugador del Vitalvigo, ponía un ejemplo claro de racismo: «La Lazio no quiere a ningún jugador negro». El debate no es nuevo. Siempre es mejor pensar que frivolizar. Vale también para Vinicius.