Rodrigo Corrales, el rey del mundo

Xosé R. Castro FONDO NORTE

DEPORTES

Mohamed Abd El Ghany | REUTERS

07 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Rodrigo Corrales no se cansa de sumar títulos. Si hace apenas dos meses el portero cangués volvió a casa con un segundo bronce olímpico, la semana pasada se convirtió en el gran héroe para que el Veszprém se colgase el título de ganador del Mundial de clubes de balonmano después de superar al Barcelona en las semifinales y al Magdeburgo en el partido definitivo. En ambos casos, tras una prórroga y con Rodrigo haciendo paradas de todos los colores. De hecho, fue uno del elegidos para el siete del campeonato.

Quizás porque lleva casi toda una vida lejos de Galicia y muchos años fuera del balonmano español, no existe la conciencia clara de la dimensión de este gigante de más de dos metros que iba para jugador del fútbol y terminó superando con creces el centenar de internacionalidades con los Hispanos.

Rodrigo no solo lo ha ganado todo en la Asobal, Francia y Hungría, además de coleccionar podios con la selección española, sino que lo ha hecho manteniendo la humildad y teniendo claro que sus raíces siguen en O Morrazo y en el Cangas, el club en donde espera terminar su carrera cuando el cuerpo le mande el aviso correspondiente.

Corrales, además de protagonista esencial en triunfos claves, también ha dado lecciones de jugador de equipo, de saber arropar a Gonzalo Pérez de Vargas cuando el toledano tuvo mayor continuidad en la selección. Del mismo modo, derrochó honestidad para quedarse al margen de alguna convocatoria de selecciones cuando los problemas físicos así lo aconsejaban. Aun corriendo el riesgo de dar un paso atrás.

Pero el cangués lo tiene todo. Lo primero, un rendimiento espectacular, pero también una bonhomía que en absoluto está reñida con su voracidad por ganar títulos. Un gigante dentro y fuera de la pista y un cheque al portador para el balonmano gallego.