Lejos de la mejor versión de España, resolvió un golpe de fortuna

José Ramón

DEPORTES

Pablo Morano | REUTERS

12 oct 2024 . Actualizado a las 23:50 h.

Ninguna de las dos puede marcharse hoy contenta de todo: España, porque no ha dado el nivel de juego, y Dinamarca, porque ha visto cómo se le escapó el resultado en un gol un tanto extraño. Lo mejor para De la Fuente debería ser el resultado. Es evidente que las bajas de Carvajal, de Nico Williams, y especialmente de Rodri, que es el mejor jugador del mundo en su posición, pasan factura a cualquier equipo y la selección lo notó.

En la primera parte, España no estuvo fina. Se le vieron muchos desajustes, le faltó ritmo en el juego y tampoco tuvo profundidad. La banda de Oyarzabal apenas existió. Pedri, que tiene que ser un jugador bastante más importante en este equipo, Zubimendi y Fabián estuvieron bastante desaparecidos y solo algún destello de Lamine Yamal sacó a la selección del tedio.

La segunda parte arrancó en el mismo tono, pero España empezó a dar otros síntomas sobre todo a partir del minuto 20. Hay quien puede creer que lo que cambió fue el ataque y, sin embargo, España empezó a crecer desde la defensa, a base de adelantar sus líneas y de elevar y adelantar su presión. Eso le permitió recuperar el balón en campo contrario e hizo que Dinamarca, con el paso de los minutos, se fuera hundiendo en su área cada vez más para proteger un resultado que daba la impresión empezaba a dar ya por bueno.

En esa última media hora, España se encontró más cómoda y elevó un poco su intensidad. El partido la llevó a su zona de confort, al permitirle más llegadas, y Lamine Yamal lució más sus condiciones. Los cambios también aportaron cosas. Pero estuvo lejos de su mejor versión. Nada que ver con esa armonía que venía exhibiendo en su juego, ese equilibrio entre defensa y ataque al que nos tenía acostumbrados últimamente.

Merecido o no, el gol de España fue realmente un golpe de fortuna. Puede haber incluso falta de Mikel Merino en la acción previa y da la impresión de que Schmeichel, el portero danés, no tuvo su mejor intervención en esa jugada. Esta vez la suerte sonrío a España.