Luces y sombras del Real Madrid, que pierde a Rodrygo y Courtois para el Clásico

Óscar Bellot COLPISA

DEPORTES

Kiko Huesca | EFE

Los blancos son víctimas de la autocomplacencia y falta de tensión, pero lucen una pegada formidable y llegan al duelo ante el Barcelona con Vinicius desatado

23 oct 2024 . Actualizado a las 17:28 h.

El Real Madrid se inyectó el martes otro chute de adrenalina en las venas con una de esas remontadas europeas que tanto han contribuido a forjar su leyenda. Con cinco goles en poco más de media hora, los blancos tumbaron al Borussia Dortmund y evitaron complicarse el horizonte en la Champions. La exhibición de Vinicius, que celebró de forma anticipada con un hat-trick el Balón de Oro que recibirá el próximo lunes en París, permitió que los madridistas abandonasen el Santiago Bernabéu sacando pecho y pasando por alto la decepcionante primera hora que completó su equipo, pasivo hasta que se vio contra las cuerdas y mostró ese espíritu irreductible que le saca de apuros tantas veces. Hubo muchas luces y no menos sombras en el partido que preludió un clásico que se perderán por lesión Rodrygo y Courtois por parte de una escuadra con dos caras opuestas.

«En la primera parte estuvimos tímidos, sin presión y ellos con bastante control. Nos marcaron dos goles con poco y estaba bastante claro lo que teníamos que hacer. El equipo lo hizo muy bien en la segunda parte. Esta segunda parte ha sido lo mejor de esta temporada, con más presión, más intensidad. La segunda parte nos ha enseñado lo que tenemos que hacer y cómo hacerlo», dijo Carlo Ancelotti al término de un encuentro en el que no dudó en tirar de las orejas a sus futbolistas por esa falta de tensión que situó a rebufo al Real Madrid. «El sistema no es lo más importante, sino la actitud de los jugadores al jugar con un determinado sistema. Quiero decir que lo más importante es la actitud que metan los jugadores dentro de un partido», abundó el italiano, contrariado de nuevo por el pasotismo con el que los blancos abordaron el compromiso.

Incide el preparador de Reggiolo en la necesidad de meter más intensidad a los duelos sin que la tropa a su cargo firme el debido acuse de recibo tras escuchar el mensaje. Las razones son varias, desde cierto punto físico que todavía les falta a algunos jugadores hasta el desconcierto que provocan en ocasiones los ajustes tácticos que lleva a cabo el estratega en su búsqueda de soluciones para armar a un equipo que no termina de carburar y pasando por las lesiones que golpean con crudeza, especialmente en la línea de flotación de un conjunto que ya sufría escasez de recursos en la parcela defensiva por la planificación llevada a cabo desde los despachos.

Pero quizás el mayor lastre sea la autocomplacencia que trasluce una plantilla rebosante de estrellas que viene de ganar Liga y Champions en un curso como el pasado que estuvo repleto de problemas. Los jugadores del Real Madrid han interiorizado plenamente el mito que habla de un equipo capaz de salir adelante incluso en las situaciones más adversas a golpe de raza y talento, lo que es tanto una bendición como un problema. Los blancos se sienten tan invencibles que no les importa jugar con fuego. Y, claro, a veces también pueden quemarse por mucho que casi siempre salgan indemnes.

Voto de confianza

No acaba de dar con la tecla Ancelotti, que tan pronto prueba incrustando a Tchouaméni entre centrales para mejorar la salida desde atrás como pasa del 4-4-2 que recuperó en busca del equilibrio perdido a un 4-3-3 que permite tener más contentos a los tres integrantes del tridente ofensivo. Merece en cualquier caso un voto de confianza el transalpino, que ha toreado en peores plazas y sabe que a poco que sus astros se pongan el traje de faena la lidia saldrá adelante con mucho más decoro.

Ante el Barcelona tendrá que intentarlo sin Courtois y Rodrygo, que cayeron en combate ante el Dortmund y se perderán la cita del sábado frente a los azulgranas. El cancerbero sufre una lesión en el aductor izquierdo, el mismo que le atormentó en el derbi del Metropolitano, lo que volverá a situar a Lunin en primera línea de fuego, mientras que el extremo padece un problema en los isquiotibiales de la pierna derecha. Dos bajas sensibles, especialmente la del guardameta belga, que obligarán a Ancelotti a agitar la coctelera.

La buena noticia para el Real Madrid es el estelar estado de forma en el que se encuentra Vinicius, cuya deslumbrante actuación ante el Borussia Dortmund llevó al habitualmente comedido Emilio Butragueño a traer a colación el nombre de Pelé. Cualquier comparación con el mito nacido en el estado brasileño de Minas Gerais son palabras mayores, pero lo cierto es que incluso los tradicionales detractores del fluminense asumen que hoy por hoy es el futbolista más desequilibrante del planeta. Ni la llegada de Kylian Mbappé ha alterado un ápice el estatus de un delantero que cada día añade registros a su extraordinario catálogo y volvió a demostrar el martes una capacidad de liderazgo que le viene de perlas a este Real Madrid que todavía está a medio hacer.