Del camión al cuadrilátero: la dura rutina del púgil más veterano de Galicia

Iván Díaz Rolle
IVÁN ROLLE FOZ / LA VOZ

DEPORTES

Con casi 50 años, el focense Omar García duda si ir al Nacional de kick boxing o cerrar una carrera que compagina con su trabajo de transportista

12 nov 2024 . Actualizado a las 18:24 h.

La larga y sinuosa travesía del púgil más veterano de la Federación Gallega de Kick Boxing y Muaythai —«al menos el año pasado lo era», asegura— llegó a un cruce decisivo. La retirada o el asalto al Campeonato de España son las opciones entre las que se debate Omar García Blanco (Foz, 1975). Las heridas provocadas por numerosos combates y las dificultades de compaginar su trabajo de camionero con los entrenamientos hacen dudar si todavía afrontará más guerras encima del cuadrilátero a un apasionado de los deportes de contacto y las artes marciales desde la niñez.

Todavía en plena forma y sin miedo a los golpes, el pasado sábado volvió a ponerse los guantes para medirse al subcampeón de España máster Marcos Balado durante la V Ari Fight Night. «Quedé totalmente decepcionado. En la primera entrada hubo sangre y eso obliga a parar las luchas no profesionales. Pensaron que me rompiera la nariz, pero solo fue una quemadura por el roce del guante», lamentó sobre la velada celebrada en el Pabellón Torques de Marzán de Foz, donde fue uno de los 12 discípulos de Vanessa Ares que compitieron.

Iniciado con solo siete años en el wushu sanda —una disciplina similar al kung-fu—, Omar compite desde los 17 y, aunque lo dejó un tiempo «porque hacía viajes internacionales», la creación de la cantera del Ari Foz Contact en su localidad le dio la oportunidad de probar el kick boxing. «Hace cinco años, cuando crearon el club, que empecé a luchar en kick boxing. En ese momento, aunque seguía trabajando de transportista, dormía todos los días en Foz y podía entrenar con ellos», apunta un hombre que ha sido subcampeón gallego masterclass y tercero en la modalidad de full contact. «También gané un torneo internacional en Ourense hace un par de años», añade. 

«Entreno en el camión»

A punto de cumplir los 50 años —lo hará el próximo mes de abril—, García Blanco saca tiempo para entrenarse a pesar del poco espacio que le deja su actual rutina laboral: «Muchas veces entreno en el camión. Busco un área de servicio donde haya duchas, voy a correr un poco... Pero competir en un deporte así requiere mucho esparrin, y eso solo lo tengo cuando voy a Foz».

Esa falta de entrenamientos, además del paso de los años, hacen a Omar replantearse su futuro en el kick boxing: «Estoy en un período de reflexión, quizás ya toque colgar los guantes. He tenido bastantes lesiones de rodilla y en la mandíbula, es un deporte de contacto, muy duro, y a mi edad ya cuesta más mantenerse fuerte y en forma. Los dos o tres minutos de los asaltos se hacen muy largos, requieren tener un buen fondo».

Su calendario de entrenamientos, además, también se ve condicionado en ocasiones por las necesidades laborales: «Todavía el jueves pasado contaba llegar temprano a Foz y entrenar antes de la velada del sábado, pero el camión tuvo un fallo en los frenos y me pasé toda la tarde tirado en la autopista, en la salida de Poio, en Pontevedra».

«Todavía el jueves pasado contaba llegar temprano a Foz y entrenar antes de la velada del sábado, pero el camión tuvo un fallo en los frenos y me pasé toda la tarde tirado en la autopista, en la salida de Poio, en Pontevedra»

Esas circunstancias, no obstante, no hacen perder la ilusión a un púgil mariñano que, de poder prepararse lo suficiente, quiere participar en el próximo Campeonato de España. «Suelen ser por junio», apunta agradecido del apoyo de sus patrocinadores Ballenato y Vouche Contar en «un deporte que no es fútbol, no está muy apoyado». «También es de agradecer al Concello de Foz, que hizo posible la velada del sábado», comentó sobre un acontecimiento que llenó el Pabellón Torques de Marzán con doce espectaculares combates de kick boxing.