Teresa Portela, leyenda del piragüismo: «Entreno todas las temporadas como si hubiera Juegos Olímpicos»
DEPORTES
Centrada en el mundial del 2025, no pierde de vista la cita de Los Ángeles 2028
19 dic 2024 . Actualizado a las 09:58 h.El pasado mes de agosto, la piragüista canguesa Teresa Portela disputó su séptima final olímpica. La tristeza inicial, al no haber podido subir al podio, se ha transformado con el paso del tiempo. El balance «es más que positivo», sobre todo, porque «ahora siento que el simple hecho de haber llegado hasta allí ya supuso toda una victoria para mí».
—Más de dos décadas en la élite, ¿cómo ha sido el camino?
—Son 24 años en lo más alto, se ha hecho muy difícil llegar hasta aquí, haber conseguido lo que he logrado y haber llegado a este punto todavía en la élite. Todo esto para mí representa un éxito, pero es verdad que en los Juegos pasados quería más y, una vez allí, buscábamos la final olímpica. Fue genial lograr el tercer mejor tiempo y, finalmente, estar en la final. Pero después nos faltó un poquito y se nos escapó lo que íbamos buscando, que era poder estar en el podio. Fue mi sexto diploma olímpico y no puedo hacer más que un buen balance.
—¿Piensa en la próxima cita olímpica, Los Ángeles 2028, o todavía no se lo ha planteado?
—Creo que todos los deportistas pensamos parecido en relación a ese tema y está claro que es una fecha que siempre se te viene a la cabeza. En mi caso, sucede lo mismo. Después de unos Juegos, es imposible no pensar en los próximos. Pero es algo muy a medio plazo y, al final, yo como me estructuro es pensando en cada temporada y ahora estoy centrada en la que me encuentro. Mis objetivos ahora mismo son a corto plazo. Mucha gente piensa que si es año olímpico voy a entrenar más y, si no lo es, a la inversa. Pero yo entreno todas las temporadas como si hubiera Juegos Olímpicos, es decir, me implico siempre del mismo modo, tenga la competición que tenga por delante.
—Y esta temporada, ¿cómo la enfrenta?, ¿En qué momento tomará la decisión?
—Cuando me enfrento a la temporada pienso en cada entrenamiento, no en el año 2028. Si mis objetivos apuntaran en esa dirección, la preparación se haría muy larga, sería un horizonte inmenso. Hay que pensar que son muchos días de entrenamientos, muchas sesiones y, si no lo enfocas bien, esa espera puede hacerse muy, muy larga. Yo voy pensando, simplemente, en cada año y ya está. Ahora mismo mi objetivo es el campeonato del mundo del año que viene. Lo que suele suceder es que en un inicio lo ves como muy lejos y cuando te das cuenta ya hay que clasificar. Por todo eso, me planteo cada temporada, año a año, sin más previsión que esa.
—El Centro Galego de Tecnificación Deportiva (CGTD) y el embalse de Pontillón en Verducido son dos de sus principales localizaciones a la hora de preparar sus entrenamientos. ¿Cómo organiza ese día a día?
—Efectivamente, esos dos son mis lugares principales de entrenamiento. En el centro empecé hace muchos años, allá por el año 1996. Y, desde aquella, ahí sigo, entrenando y dedicándole muchas horas. Al final, la realidad es que paso más tiempo en Pontevedra que en mi casa. En general, hago la primera parte de la preparación en el río Lérez porque es más dinámico, en lo que a entrenamiento se refiere. Hacemos más kilómetros y tenemos suerte, tanto por el entorno que tenemos como por las instalaciones. Puedo hacer kilómetros para arriba y para abajo, llegar al mar, ir hasta la isla de Tambo y dar la vuelta. En definitiva, ahí dispongo de kilómetros para aburrir. Y, por otro lado, en el embalse, cuando se aproximan un poco más las competiciones, preparamos la distancia porque tenemos esa pista de competición. De ese modo, y de un modo resumido, así sería como suelo distribuir la preparación en cada una de las temporadas que he tenido que enfrentar.
—¿Qué valores destacaría de la práctica de este deporte?
—En realidad, creo que en el piragüismo, al igual que en otras modalidades, priman ciertos valores. Al final, se trata de disfrutar, pero también de conseguir resultados. Yo apuesto por el valor del esfuerzo porque de ese modo se puede alcanzar el éxito, aunque eso también implica mucha constancia. Tú no puedes ir hoy a entrenar y no volver en un mes. Las condiciones físicas también influyen, pero la constancia y la capacidad de sacrificio son fundamentales. A partir de ahí, de un modo más específico, este deporte requiere fuerza y velocidad. Y a eso habría que sumarle talento y mucho trabajo porque aquí hay días maravillosos, pero muchos otros de granizo y tormenta que hay que aguantar.
«He sido muy feliz al haber decidido ser madre y continuar con mi carrera deportiva»
Madre, universitaria y olímpica. A esos títulos, se suman las docenas de medallas conseguidas en las múltiples citas deportivas en las que Portela ha competido.
—¿Cómo se conjugan todos esos roles?
—Reconozco que conciliar todos esos aspectos es difícil. Ser deportista de élite es muy complicado. Podría haberme dedicado solo a eso y así me hubiera resultado más fácil, pero siempre tuve inquietudes y quise estudiar. Entre otras cosas porque nunca pensé que mi carrera deportiva iba a ser tan longeva. En realidad, siempre me he sentido agradecida por poder ir aguantando un año más y disfrutar tanto tiempo de esta experiencia. Pero de fondo siempre estaba ese pensamiento de querer estudiar y formarme para tener una segunda vida el día de mañana. Sin perder de vista eso, me he planificado y creo que eso ha sido clave para ir organizando cada una de esas facetas. Así lo hice mientras estudié mis carreras universitarias y también con la maternidad.
—¿Hasta qué punto fue complicado enfrentar la conciliación derivada de la maternidad?
—El hecho de querer ser madre es complicado, esa es la realidad. Tenía claro que quería serlo, pero nunca era el momento adecuado. Compatibilizar la élite con la maternidad es difícil, desconoces la respuesta de tu cuerpo, tienes que pasar por el embarazo y por el posparto... Todo eso se alarga en el tiempo y la cabeza no deja de pensar en si podrás continuar o no con tu carrera profesional o en si podrás llegar a las fechas de la siguiente cita olímpica. Pero fue igualmente duro conjugar mi carrera deportiva con los estudios porque la dedicación que hay que darle a los entrenamientos, a la asistencia a clases, las prácticas y todo lo que conlleva la universidad, es realmente duro. Al final, mi experiencia demuestra que, aún siendo difícil, se puede conseguir. Yo quería comprobar si era posible y así ha sido. He sido muy feliz al haber tomado esa decisión de ser madre y haber continuado con mi carrera. A pesar de que he tenido que asumir muchos sacrificios.
—Y la frustración, ¿cómo se gestiona?
—Hay momento complicados en los que sientes que estás esforzándote, pero los resultados no llegan. En mi caso, siempre he pensado que con trabajo, esfuerzo y constancia todo eso llegaría. Y esa fue mi dinámica de hormiguita, de trabajo y más trabajo. Queremos resultados inmediatos y no siempre llegan así.