La fiscal contra Rubiales: «No les preocupaba el beso a Jenni Hermoso, sino salvar su chiringuito»

Mateo Balín COLPISA / REDACCIÓN

DEPORTES

Matias Chiofalo | EUROPAPRESS

Mantiene la petición de penas de cárcel tras escuchar los testimonios exculpatorios de Vilda, Luque y Rivera, acusados de coaccionar a la víctima

12 feb 2025 . Actualizado a las 21:05 h.

El juicio a Luis Rubiales queda este jueves visto para sentencia con los informes finales de las partes y el turno de la última palabra. Pero este miércoles declararon el resto de acusados, quienes negaron que coaccionaran a Jennifer Hermoso o a su entorno para que cambiara su versión sobre el beso del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tras la final del Mundial de 2023. Una versión exculpatoria que fue rebatida por la Fiscalía en su escrito de conclusiones.

Mantuvo su petición de penas de cárcel con un argumento muy gráfico: «¿Me quieren decir que les preocupaba mucho esta señora? Les preocupaba salvar su chiringuito. Eso es lo que les preocupaba. Y a las pruebas me remito», zanjó la teniente fiscal de la Audiencia Nacional Marta Durántez. El primero de los tres implicados en comparecer -Rubiales lo hizo el martes- fue Jorge Vilda. El entonces seleccionador declaró que no presenció el beso, aunque después sí que escuchó «comentarios». «Conozco a Hermoso desde hace muchos años. No noté que ella estuviera rara», declaró. El entrenador madrileño de 43 años y actual míster de la selección femenina de Marruecos precisó que en el autobús de camino al aeropuerto «había mucho jolgorio» y que en ese momento Rubiales le comentó lo sucedido. Ya en el avión de regreso a España, señaló que en las primeras horas «descansamos un poco» y entonces empezó a ver noticias sobre la «bola mediática» que se estaba creando. Vilda, que se enfrenta a un año y medio de prisión e inhabilitación por el mismo periodo para entrenar, admitió también que escuchó conversaciones del personal de la federación «en las que se hablaba de buscar un consenso, pero nada específico».

Sobre por qué descartó tratar este asunto con la futbolista, confesó que «no vi oportuno hablar con Jenni», aunque reconoció que «después de haberla escuchado en el juicio igual le tendría que haber preguntado». «En ese momento no quería importunarla», justificó el acusado, quien reveló que no ha vuelto a hablar con ella. Vilda también tocó el asunto más sensible para él: los «cinco minutos» de charla con la familia de la jugadora y su petición para que grabara un vídeo con Rubiales. «Fui a hablar con su hermano preocupado por la presión mediática para ella y le pedí buscar una fórmula para normalizar la situación pensando en el futuro. Le dije de hacer algún tipo de comunicado», declaró. «En ningún caso me pidió Rubiales que hablara con él, fue una idea mía. Además, el hermano tildó el beso de anecdótico y de algo sin importancia. Es falso que yo le pidiera que hablara con ella o le avisara de consecuencias personales y profesionales», argumentó para neutralizar la versión incriminatoria de Rafael Hermoso.

Mensajes «desafortunados»

Por su parte, Albert Luque, exdirector de la selección masculina, solo contestó a las preguntas de las defensas, a las que aseguró que Jennifer Hermoso y él eran «muy amigos». Contó que no fue al mundial pero sí al viaje a Ibiza para la celebración y quiso interesarse por ella, pero como no recibió sus mensajes fue al hotel: «Le escribí diciendo que si quería hablar, pero me dijo que no».

En su lugar, el acusado se citó con Ana Ecube, una amiga de la jugadora que viajó a la isla y que ha testificado en la vista oral. «Yo al final estaba en medio de dos amigos. Me dijo que ella solo quería disfrutar del momento y me sentó mal que no me recibiera con la cantidad de favores que le había hecho», explicó. Luque sí lamentó los «desafortunados» mensajes que le envió a Ecube reprochando la posición inmovilista de la futbolista. Uno de los indicios más claros de las coacciones para la Fiscalía.

Por último compareció Rubén Rivera. El otro cargo de la RFEF acusado solo contestó a las defensas. Aseguró que «nunca» recibió una llamada para desactivar la polémica del beso en Ibiza. «En Ibiza yo era José Luis López Vázquez en la película Atraco a las tres: era admirador, amigo, esclavo, siervo...si las jugadoras querían bikinis, bikinis; si querían ostras, ostras», comentó el acusado con cierta suficiencia. «Que algo tan inocuo como pasar a alguien un teléfono esté aquí sentado (en el banquillo) es como un 'thriller'. No presioné a Jennifer para que hablara con la federación», incidió Rivera, al que el juez le requirió temple. «No se traiga un rollo preparado porque las consecuencias pueden ser graves», le avisó.

La sesión se cerró con el informe final de la teniente fiscal. Reclamó condenar a Rubiales a dos años y medio de prisión al considerar que «el beso que le dio en la boca» a Hermoso «fue no consentido» y destacó cómo «una simple jugadora» tuvo que enfrentarse a un dirigente que aprovechó la situación de «poder absoluto» en la federación, donde «se aplicó una auténtica omertà (silencio), porque allí nadie hablaba ni nadie podía contradecirle». «Si él se caía, se caían los demás. Todos los acusados hoy ya no forman parte de la federación», recordó.

Descarta pedir la imputación de De la Fuente por mentir en el juicio

La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha descartado pedir en su informe de conclusiones del juicio a Luis Rubiales que se investigue al seleccionador masculino Luis de la Fuente por falso testimonio en su declaración como testigo. El Ministerio Fiscal considera que su testimonio no han sido lo suficientemente relevante para la causa como para condenar o absolver a los cuatro acusados, según explican fuentes jurídicas consultadas.

A pesar de que la Fiscalía sostiene que el seleccionador riojano pudo faltar a la verdad sobre su papel en la reunión en el despacho de Rubiales en plena crisis por el beso a Jennifer Hermoso en agosto de 2023, su declaración sobre los hechos enjuiciados, enmarcados en delitos de agresión sexual y coacciones, no es influyente a la hora de dictar la sentencia.

Fue el martes 4 de febrero cuando De la Fuente compareció como testigo y, por lo tanto, con obligación de decir verdad. Negó que participase en el comité de crisis celebrado en la sede de la federación el 23 de agosto de 2023, tres días después del beso que su entonces presidente propinó a Hermoso. Si acudió a la sede, según declaró, para preparar la lista de convocados de la selección y solucionar otros asuntos con respecto al estadio donde iba a jugar el combinado nacional, pero negó que participara en la reunión para dar una respuesta a la «bola mediática» generada y preparar el informe que estaba elaborando el Departamento de Integridad sobre este asunto. «Yo iba para tratar otros temas muy importantes, que eran los que a mí me competían, que creo que es bastante importante. Convocatoria, lista de jugadores, viajes, instalaciones, necesidades, etcétera, etcétera. Son reuniones muy duras, muy largas porque hay muchas cosas que hay que hacer», explicó De la Fuente.

La fiscal, Marta Durántez, le recordó durante su declaración que otros testigos le situaron en el mismo despacho y no en otro próximo, como él mismo sostuvo. De la Fuente matizó que únicamente acudió al despacho de Rubiales, donde se celebraba esa reunión, a comer «unos bocadillos» a la hora del almuerzo.