Adiós al delfín que prefirió al humano: «Confi buscaba o contacto coas persoas para cubrir as carencias afectivas»
SOMOS MAR







Manoliño, al que la Cemma ha dado por desaparecido, apareció en el 2019 en la ría de Noia y llevaba casi un año en Ferrol donde se había ganado el afecto de pescadores y bañistas
16 jul 2025 . Actualizado a las 21:27 h.Los delfines suelen moverse en grupos llamados manadas. Son animales sociales y viven en grupos para protegerse de los depredadores y cazar, pero Manoliño o Confi, como se le bautizó por el confinamiento —cuando se le vio por primera vez en la ría de Muros-Noia — estaba solo desde el 2019. Buscaba el contacto con el humano de forma constante, y muchos son los vídeos que han inmortalizado a lo largo de estos años esa interacción del arroaz con bañistas y pescadores.
Este martes la Coordinadora para el Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) daba por desaparecido a Manoliño, después de que no se tuviese noticias de él desde el 5 de junio, y cree que podría haber muerto en el muelle de Navantia —ve compatibles unas fotos de los restos de un animal en descomposición aparecidos el 20 de junio con el cuerpo de Confi aunque sin poder certificarlo al 100 %—.
¿Por qué Manoliño se movía solo y no en manada? Alfredo López, de la Cemma, explica el porqué: «Os arroaces solitarios danse porque cando as nais empezan un novo ciclo reprodutivo, cando os cachorriños teñen 3 anos, se separan e xa non se volven a xuntar nunca. Pode pasar que ás veces a nai e os cachorros non queren separarse e os cachorros son expulsados violentamente».
La mayor parte de esos animales «morren porque non poden estar no grupo, pero algúns sobreviven como é o caso de Confi, que tiña a aleta dorsal caída, iso quere dicir que pasou un momento de estrés, deshidratación, estivo a punto de morrer, pero conseguiu sobrevivir». En esos casos, continúa Alfredo, «como se quedan illados, cunha serie de carencias sociais e afectivas, o que buscan é contacto cos humanos, para cubrir esas carencias».
Problemas para pescar
Manoliño llegó a la ría de Ferrol hace cerca de un año. Tras el verano del 2024, empezaron a compartirse vídeos de un arroaz que en la zona de As Pías rodeaba una lancha en al que viajaban unos amigos y también jugaba con bañistas en la playa de A Graña. La intensa interacción del delfín también se daba con los pescadores, que llegaron incluso a denunciar los problemas que el arroaz les generaba durante las maniobras de pesca. «Un buzo tenía que entretener al delfín para que el otro pudiese trabajar», explica el patrón mayor de Ferrol, Gustavo Chacartegui.
Lo mismo había ocurrido cuando Manoliño pasó cinco años nadando por las aguas de las rías de Muros y Noia. La interacción con bañistas y pescadores era continua, a pesar de las advertencias del Cemma. Fue en esta zona donde vivió uno de los momentos más duros, puesto que a finales de octubre del 2022 apareció con un arpón clavado en un costado y todo apuntaba a que había sido de forma intencionada. Tras cuatro intentos para sacárselo por parte del Cemma, finalmente sería el propio animal el que consiguió deshacerse de la lanza, puesto que en diciembre de ese mismo año reaparecía en Outes con la herida ya curada.
La desaparición del delfín ha sido recibida con gran tristeza por muchos ferrolanos, barbanzanos y gallegos en general, aquellos de los que Manoliño nunca se quiso separar.