El triunfo del Leyma sobre el Lleida es un golpe encima de la mesa, pero queda mucho todavía
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El Lleida salió con el recién fichado Batemon como titulara, buscando ser el elemento diferenciador y, aunque al final es el máximo anotador del equipo, el cuerpo técnico del Leyma le planteó un partido táctico defensivo que le impidió entrar en una dinámica positiva a un rival que se mueve por rachas, basado en una defensa muy intensa al jugador con balón. Esto permitió que no fluyera su juego ofensivo.
La puesta en acción fue muy buena por parte del Leyma, que se presentó con mucha energía, con unos primeros minutos en los que Thompkins marcaba la diferencia con su pleno acierto.
Las dudas que pudiese haber sobre si para el Lleida era un partido importante se disiparon con el lenguaje corporal de su entrenador desde el primer momento. Para Gerard Encuentra no era un partido cualquiera, realizaba muchos aspavientos buscando la reacción de su equipo. Al final, la consiguió poniendo al equipo más defensivo, de modo que el Lleida reacciona y recorta con un parcial de 5-20, al lograr que no hubiese conexión en el bloqueo directo, y que Heurtel no entrase en juego.
Pero los últimos minutos defensivos del Leyma le dan de nuevo la ventaja (52-42, con un buen Taylor a la hora de dirigir, anotar y asistir). En estos dos minutos, Epi apuesta por Taylor, Heurtel y a Scrubb, lo que provoca tres focos y genera espacios para penetrar y para defender al smallball de Lleida.
Encuentra opta por la defensa zonal, pero el Leyma la rompía con muy buenas lecturas. La regularidad de Taylor, con mucho equilibrio, muy pocas perdidas, porcentajes muy altos, dándole mucho peso a cada posesión, y con un Huskic que creció en la segunda mitad ampliaron el marcador. Heurtel se puso en versión mago a repartir asistencias e hizo las delicias de los aficionados. La diferencia ya era importante.
Una cosa es ganar y otra cómo se hace. El Leyma dio un golpe encima de la mesa para romper la racha negativa que llevaba. Solo es una victoria, pero da esperanzas para meter al Leyma en la pelea por conseguir la permanencia. Sin embargo… ¡Queda mucho, Jesús, queda mucho!