La surrealista situación vivida por el golfista gallego Santiago Tarrío con un cadi en el Kolkata Challenge

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El golfista gallego Santiago Tarrío
El golfista gallego Santiago Tarrío EUROPEAN TOUR

El ayudante local, bajo los efectos etílicos de la celebración del Holi hindú, abandonó al deportista de Touro justo al inicio del torneo

17 mar 2025 . Actualizado a las 20:32 h.

El Kolkata Challenge es la quinta prueba del circuito profesional de golf HotelPlanner Tour (nombre comercial actual del Challenge Tour), y Santiago Tarrío (Touro, 1990) uno de sus jugadores destacados.

Sin embargo, el gallego vivió en carne propia la cara B del deporte profesional, en la que, precisamente, la carencia de profesionalidad puede condicionar la competición más exigente.

Tarrío explicó en sus redes sociales una situación anómala que vivió con su cadi en el Kolkata Challenge. Horas después, amplió los pormenores a La Voz.

 
 
 
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«En la India, bajas del autobús y te preguntan si quieres cadis y hay como treinta personas de allí que realizan esa función y te asignan uno para toda la semana. No puedes elegir», explica. «Y me tocó uno que en el primer día de entrenamiento, en el que jugábamos nueve hoyos, y lo hizo con la bolsa al hombro, pero yo ya veía que no rendía. Venía muy atrás, y eso que yo le decía: ‘Partner, siempre a mi lado’. Y al acabar me dijo: ‘Estoy medio lesionado de la pierna. ¿Te importa que coja un carrito?’ Y yo le dije que, por supuesto, pero que lo quería un poco más cerca», relata Tarrío.

«Era el tío más vago que he visto en mi vida. Me daba el drive y nunca venía conmigo al tee, ya se iba para adelante. En el green ya me daba el drive y se iba para el siguiente hoyo. Y de ahí me daba el putt y venía al green a darme el drive otra vez... Caminaba un tercio de lo que caminábamos nosotros. Acortaba por todas las esquinas. Ya me esperaba siempre a donde iba a pegar el drive a doscientos metros», explica el golfista gallego.

«Aun así, el primer día de torneo, bien. Pero el segundo día, salíamos a las once de la mañana y a las seis de la mañana me hace una videollamada. Yo estaba durmiendo. Me pareció muy raro. Cuando me desperté y la vi, le escribí y no me contestó. Me olía lo peor. Llegué al club y, efectivamente, no apareció. Y cuando quedaba media hora, el director del torneo me consiguió otro cadi local. Este ya era más rápido, más aplicado. Así que, como yo le pagaba por días, pues decidí seguir con él los tres últimos días de torneo», prosigue Tarrío.

«Después me explicaron que mi primer cadi no había aparecido porque la noche previa se celebraba la festividad más importante de la primavera en la India, el Holi, la fiesta del color y la pintura. La verdad, es que casi me hacía un favor, porque era un vago», abunda el gallego, que avanza un giro en los acontecimientos: «Estaba en el tee del 1 para salir y cuando me tocaba salir, aparece el primer cadi y me dice: ‘Ya estoy aquí, echa al otro’».

Tarrío le respondió que llevaba trabajando una hora con el segundo cadi y que no lo iba a despedir. «Además, el primer cadi venía medio mareado, en términos etílicos», apunta. Acto seguido, ambos ayudantes comenzaron a discutir, generando tensión en todos los participantes de la partida de Tarrío, que actuó de mediador y continuó como tenía previsto.

«Y en el green del 18 apareció de nuevo, aplaudiendo al ver que pasaba el corte, porque quería venir los dos últimos días. Le dije: ‘No, no. no. Este lo hace mejor que tú, es serio y no me dejó vendido ningún día’. Me siguió hasta el autobús. Pero nada. Me caía bien, pero... no volvió a aparecer por el club», zanja.